domingo, 1 de mayo de 2011

RASGOS NEURONALES DE LA SABIDURÍA (ANEXO: LAS 7 CHACRAS)

CC

La sabiduría, entendida como una virtud humana asociada a la empatía, la compasión o el altruismo, está relacionada con la actividad de ciertas partes del cerebro, según una investigación de la Universidad de California en San Diego.
La investigación determinó que la corteza prefrontal del cerebro se activa con la regulación emocional o la capacidad de relativizar; que la corteza prefrontal lateral facilita la toma de decisiones razonadas; y que la corteza prefrontal media está implicada en el equilibro emocional y la actitudes pro-sociales o socialmente positivas. Aunque éste es sólo el inicio de un largo camino de investigaciones, la neurobiología promete explicar e incluso fomentar esta misteriosa virtud, hasta hace poco asociada únicamente a la filosofía y a la religión. Por Yaiza Martínez. http://nuevapolitica.net/index.php?option=com_content&view=article&id=593:descubren-caracteristicas-neuronales-de-la-sabiduria&catid=44:investigaciones&Itemid=63
Científicos de la Universidad de California en San Diego (UCSD), Estados Unidos, han analizado por vez primera –revisando todos los estudios relacionados con el tema- la neurobiología de la sabiduría, un fenómeno de la conciencia humana normalmente estudiado desde la religión o desde la filosofía.
Los encargados de esta revisión de documentos han sido los especialistas Dilip V. Jeste y Thomas W. Meeks, del Departamento de Psiquiatría de la UCSD y del Stein Institute for Research on Angig, y los resultados obtenidos han aparecido recientemente publicados en la revista especializada Archives of General Psychiatry.
Según declaró Jeste en un comunicado emitido por la UCSD, “a pesar de que existen muchas similitudes en la definición de sabiduría en las diversas épocas y culturas, dicha definición es más bien subjetiva”.
Desde la perspectiva de la neurobiología el científico señala que “nuestra investigación sugiere que habría una base neurobiológica en las características más universales de la sabiduría”.
Preguntas sin respuesta
La sabiduría es una capacidad psicológica única que se ha mencionado desde la antigüedad, que se ha discutido desde diversas disciplinas del conocimiento desde siempre, y que sólo recientemente ha sido analizada por la psicología y la sociología.
Por otro lado, la sabiduría ha sido definida a lo largo de los siglos y en el transcurso de las civilizaciones como un cúmulo de elementos psicológicos.
Los componentes más comúnmente señalados dentro de esta virtud humana han sido la capacidad de empatía, la compasión o el altruismo, la estabilidad emocional, el auto-conocimiento; y algunas actitudes pro-sociales, como la tolerancia hacia los valores ajenos.
Pero, según Jeste, ciertas preguntas siempre han quedado sin respuesta: ¿es la sabiduría universal o tiene una base cultural?; ¿es una virtud únicamente humana, relacionada con la edad?; ¿depende la sabiduría de la experiencia o, por el contrario, puede ser enseñada?
La investigación empírica a este respecto es algo relativamente novedoso. Meeks y Jeste señalan que en los años 70 del siglo pasado sólo se publicaron 20 artículos relativos a la sabiduría, pero que desde el año 2000 ha habido ya 250 publicaciones sobre el tema
Áreas del cerebro implicadas
A pesar de este interés científico en alza, los investigadores no encontraron en su revisión ningún estudio anterior al suyo en el que la palabra “sabiduría” haya sido relacionada con términos como neurobiología, neuroimágenes o neurotransmisores, aseguran.
Con el fin de determinar si existen circuitos cerebrales específicos responsables de la sabiduría de los humanos, los científicos examinaron los artículos, publicaciones y documentos existentes para seis de los atributos más comúnmente incluidos en la definición de sabiduría, y para los circuitos cerebrales asociados con dichos atributos.
Revisados estos documentos, se recogieron todos aquellos datos que los investigadores consideraron potencialmente relevantes para definir la neurología de la sabiduría.
Meeks y Jeste se centraron inicialmente en los estudios en los que se había utilizado la técnica de neuroimagen funcional, que permite medir los cambios en el flujo sanguíneo del cerebro o las alteraciones en éste –ambos en relación a determinadas actividades cerebrales-, así como en investigaciones sobre el funcionamiento de los neurotransmisores.
Así descubrieron, por ejemplo, que el ejercicio del altruismo activa la corteza media pre-frontal, mientras que la toma de decisiones requiere una combinación de las funciones racional (corteza prefrontal dorsolateral, que juega un papel en la atención y en la memoria de trabajo), socio-emocional (corteza prefrontal media); y de detección de conflictos (corteza cingulada anterior, también asociada con el llamado “sexto sentido”).
Curiosamente, señalan los científicos, diversas áreas del cerebro parecen estar relacionadas con diferentes componentes de la sabiduría. En el artículo aparecido en Archives of General Psychiatry se especifica: la corteza prefrontal del cerebro se activa con la regulación emocional o la capacidad de relativizar; la corteza prefrontal lateral facilita la toma de decisiones calculadas o basadas en razonamientos; y la corteza prefrontal media estaría implicada en el equilibro emocional y la actitudes pro-sociales o socialmente positivas.
Equilibro entre cerebro antiguo y cerebro nuevo
Por otro lado, el neurocircuito de la recompensa (cuerpo estriado ventral y núcleo accumbens) también parece importante para la promoción de actitudes pro-sociales; y la actividad monoaminérgica (especialmente serotoninérgica y dopaminérgica) –que está influenciada por diversos polimorfismos genéticos- resulta esencial para ciertos subcomponentes de la sabiduría como la regulación emocional (incluido el control de los impulsos), la toma de decisiones o las actitudes pro-sociales.
En definitiva, según sugieren los investigadores de la UCSD, la neurobiología de la sabiduría podría implicar un equilibrio óptimo entre las regiones del cerebro más primitivas (sistema límbico) y las más nuevas (corteza prefrontal del cerebro).
Entre las posibles aplicaciones de un conocimiento profundo de los mecanismos neurobiológicos subyacentes a la sabiduría estaría la posibilidad de desarrollar, en el futuro, intervenciones destinadas a fomentarla, aseguran los científicos.
Por otro lado, según Jeste, “la comprensión de la neurobiología de la sabiduría tendría una especial significación clínica, por ejemplo, para el estudio de ciertos trastornos o lesiones cerebrales traumáticas que pueden afectar a los caracteres vinculados con esta capacidad”. La presente revisión sería, señala el investigador, tan sólo el primer paso de un largo proceso de investigaciones
ANEXO Todo sobre los 7 pilares de la sabiduria
http://www.hostingaloha.com/reiki/los_7_pilares_de_la_sabiduria.php
Los 7 pilares de la sabiduria
Los 7 pilares de la sabiduria o los siete chakras tratan de compensar y armonizar todos los temas vitales. Ellos transportan energía entre el plano físico, psíquico y vocacional. Al hacer llegar mayor energía vital a los distintos chakras a través de los ejercicios, la energía en el sistema de los chakras se torna cada vez más vital. Así se alivia el proceso de toma de conciencia y se fomenta la transformación de todos los aspectos relativos a determinado tema.
El primer chakra se denomina Chakra de la Raíz y se ubica entre los genitales y el ano. Es el responsable de la supervivencia, la vitalidad, la sexualidad y asegura la posesión material.
Segundo chakra se ubica dos dedos de ancho por debajo del ombligo y se denomina Chakra Sacro. En Japón también es denominado Hara Chakra. Está ligado a la vida y es el responsable de la vida sentimental, la fuerza vital y la creatividad.
El tercer chakra, el del Plexo Solar, también denominado Entramado Solar o Chakra del Sol. Se ubica a la altura del estómago. Desde allí el hombre sale al mundo. Los aspectos asignados a este chakra son la irradiación, el coraje, la capacidad de imponerse, la individualidad y el poder.
El cuarto chakra, el Chakra del Corazón, está ubicado en el centro del pecho y también representa el punto central de la serie de chakras. Se lo considera el centro del amor. De aquí fluye la energía en ambas direcciones; ella une los chakras inferiores con los superiores. La capacidad de brindar y recibir amor de todo corazón y desinteresadamente. El chacra del corazón es responsable de la transformación y de ofrecerse con confianza a la vida.
El quinto chakra, el Chakra dentro de los 7 pilares de la sabiduria de la Garganta, se ubica en el centro del cuello sobre la laringe. Se lo considera el centro de la comunicación. A través de la voz nos comunicamos con el mundo exterior Cuanto más regular y fuerte sea la vibración del quinto chakra, mí clara será la expresión vocal, lo que advierte la presencia de un persona con un marcado chakra del cuello. Simboliza el desprendimiento, la relajación y la expresión de la verdad interior
El sexto chakra, el Tercer Ojo, tiene su ubicación entre los ojos, por encima de la raíz de la nariz. La telepatía, la clarividencia, la intuíción, la comprensión de nuestros sueños y el reconocimiento de nuestros temas vitales, así como las visiones de la vida, son aspectos de este chakra. Asimismo, a este chakra se le asignan las vivencías que superan la percepción física y la unión con el mundo espiritual. Si nos abrimos a la experiencia de la meditación, los elementos del sexto chakra pueden adquirir mayor importancia a: nuestra vida.
El séptimo chakra también se denomina Chakra de la Coronilla. Está ubicado en el punto más alto de la cabeza. Aquí nos abrimos a mundo espiritual y tomamos conciencia de la unidad cósmica. A través de este chakra estamos ligados a la razón de todo Ser, a lo Divino y nos sentimos plenamente acogidos dentro de él.
La doctrina hindú se basa sobre los Vedas, conjunto de escrituras sagradas muy antiguas, redactadas en versos sánscritos por sabios legendarios, los Rishis, que las habían "escuchado". Para los indios, los Vedas no son de origen humano y su carácter de eternidad, de anterioridad al mundo, se basa sobre la primordialidad del sonido como cualidad cósmica, siendo la vibración sonora creadora de la revelación al mismo tiempo que del mundo. Los himnos y los relatos de los Vedas cuentan el nacimiento de este mundo bajo la forma teogónica, de luchas entre los dioses y los titanes, es decir, entre fuerzas antagonistas que representan los estados anterior y posterior, superior e inferior del cosmos. Es ésta una manera de explicar la aparición de la dualidad, en el seno de lo Infinito y por ello de la multiplicidad natural. Ello se manifiesta bajo el aspecto de un equilibrio siempre provisorio entre los fenómenos antagónicos que son metamorfosis de lo idéntico por asimilación o transformación. Lo infinito es dividido, absorbido y llega a ser alimento. Esta absorción mutua aparece según los planos, bajo la forma de dilatación o de contracción, de nacimiento o de muerte. Dios crea al hombre, y lo destruye. El hombre absorbe a su Dios y lo manifiesta. El sacrificio del dios es creación, el del hombre es acción. El hecho de consumar y de consumir es la sola permanencia formal. Como no hay sacrificio sin oficiante y sin víctima, cada uno es alternativamente sacrificador y holocausto, Agni y Soma, fuego y ofrenda. Los adoradores de Vishnú se relacionan con el aspecto conservador del sacrificio, los de Shiva con su aspecto transformador. Pero de grado o por fuerza, todos participamos de un sacrificio continuo que es el de la vida. Esta idea de sacrificio es central en la doctrina de los Vedas y, por consiguiente, en el Hinduísmo
http://www.tradicionperenne.com/HINDUISMO/PRESENTAHINDU.htm

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