martes, 19 de abril de 2011

Cárcel por cantar versos del libro sagrado. Kabuki: Onnagata. Proverbios (Khalil Gibran). Verdad en dificultades (Brecht e internet en UE) (anexo: “¿Qui’hubo, marica?” Enola gay). Poco de Favelis. Números primos

CC
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Los números primos son aquellos números naturales que son divisibles unicamente por si mismos y por la unidad (el uno no es considerado número primo)


Historia de los números primos
Los números primos y sus propiedades fueron estudiados de manera exhaustiva por los matemáticos de la antigua Grecia.
http://ciencia.astroseti.org/matematicas/articulo_3492_historia_los_numeros_primos.htm

Teorema de los números primos

La soledad de los números primos

Paolo Giordano, un físico teórico que ha ganado el prestigioso premio Strega a los 26 años con La soledad de los números primos. Se vendieron 800 mil ejemplares de esta novela de triste dolor, culpa e incomunicación que contiene una alegoría matemática y discretísimas y nada pedantes referencias científicas. Giordano defendió la compatibilidad entre ciencia y literatura, y entre ciencia y sentimiento (aunque aún le ruboriza la comparación con su paisano turinés Primo Levi o el neurólogo Oliver Sacks). Porque, según él, también siente emoción "ante los cálculos, y el alma de las matemáticas" y porque, al fin y al cabo, la formación científica no tiene por qué ser un inconveniente, sino todo lo contrario, para describir la realidad. "De hecho, me extraña que a alguien le extrañe, porque creo que es imprescindible una formación científica". http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=448613


El teatro japonés Kabuki empezó alrededor del siglo 16 en el perído conocido como Edo

Kabuki y el teatro bunraku desarrollado como forma popular de entretenimiento en el siglo 17


http://www.youtube.com/watch?v=l4DwxfE6xHE



Anexo

Cinco años de cárcel por cantar versos del Corán. La justicia iraní condena en ausencia al cantante y compositor Moshen Namjoo por utilizar frases del libro sagrado del islam
http://www.elpais.com/articulo/internacional/anos/carcel/cantar/versos/Coran/elpepuint/20090714elpepuint_12/Tes





IGNORANCIA

"Los cántaros, cuanto más vacíos más ruido hacen" (Alfonso X, el Sabio)
"No conocemos lo verdadero si ignoramos la causa" (Aristóteles)
"El sabio sabe que ignora" (Confucio)
"La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas" (Confucio)
"El primer paso de la ignorancia es presumir de saber" (Gracián)
"El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan" (A. Graf)
"Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos" (Hermann Hesse)
"Si te parece que sabes mucho y entiendes muy bien, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras" (T. Kempis)
"Lo que se ignora, se desprecia" (A Machado)
"La verdad en un tiempo es error en otro" (Montesquieu)
"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano" (Isaac Newton)
"No se desea lo que no se conoce" (Publio Ovidio Nasón)
"Lo poco que sé se lo debo a mi ignorancia" (Platón)
"Lo que no sé, tampoco creo saberlo"(Platón)
"Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse" (Duque de la Rochefoucauld)
"No hay oscuridad; sólo ignorancia" (Shakespeare)
"Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción" (Gerry Spence)
"Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia". (Sócrates)
"La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia" (Sócrates)

DUDAS
"No menos que el saber me place el dudar" (Alighieri)
"Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas" (Aristóteles)
"Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos" (Benavente)
"La duda es la madre del descubrimiento" (A. Bierce)
"La duda es uno de los nombres de la inteligencia" (J. L. Borges)
"Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas" (J. L. Borges)
"La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros" (C. J. Cela)
"El sabio sabe que ignora" (Confucio)
"Los cautos rara vez se equivocan"( Confucio)
"Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas" (Descartes)
"La peor decisión es la indecisión" (Benjamin Franklin)
"Con el conocimiento se acrecientan las dudas". ( Goethe)
"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca".(Kant)
"Saber mucho da ocasión de dudar más" (Montaigne)
"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas" (Ortega y Gasset)
"Doloroso es el tiempo que entre dudas pasa:" (Séneca)
"La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante" (Unamuno)
"La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda" (Voltaire)

EXPERIENCIA

"Los acontecimientos, cuando no se escriben, no se cuentan o no se recuerdan, es como si no hubiesen ocurrido" (Anónimo)
"La sabiduría, después de todo, no es otra cosa que la experiencia" (Marun Abbud)
"El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos" (H. F. Amiel)
"La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debió suceder" (Aristóteles)
"Saber es acordarse". (Aristóteles)
"He tenido éxito en la vida. Ahora, intento hacer de mi vida un éxito" (B. Bardot)
"La reflexión es el ojo del alma" (J. B. Bossuet)
"El mejor profeta del futuro es el pasado" (Lord Byron)
"El presente es la viviente suma total del pasado" (Thomas Carlyle)
"Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero"(Cicerón)
"El tiempo es una cierta parte de la eternidad" (Cicerón)
"No saber lo que ha ocurrido antes de nosotros es como seguir siendo niños" (Cicerón)
"Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro" (Confucio)
"El tiempo es una gran maestro que arregla muchas cosas" (P. Corneille)
"La vida es una extraña mezcla de azar, destino y carácter" (W. Dilthey)
"El hombre sensato cree en el destino; el voluble en el azar". (Benjamín Disraeli)
"Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado en el que se pudo" (Marie von Ebner-Eschenbach)
"Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo" (Thomas Alva Edison)
"Los ejemplos son diez veces más útiles que los preceptos" (Charles J. Fox)
"En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante".(Robert Frost)
"La historia es una filosofía en ejemplos" (Dionisio de Halicarnaso)
"La historia es la novela de los hechos y la novela es la historia de los sentimientos" (Helvetius)
"El hombre es la suma de sus fantasías" (Henry James)
"El sol es nuevo cada día" (Heráclito)
"El pasado siempre está presente" (Maeterlinck)
"El hombre tiene miles de planes para sí mismo, el azar un solo plan para cada hombre" (Meng Zi)
"Sólo el cambio perdura" (Heráclito)
"La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse". (Roger Martin du Gard)
"La gota orada la roca, no por su fuerza sino por su constancia." (P. Ovidio)
Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro" (Pier Paolo Pasolini)
"La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado" (J. M. Pereda)

"Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida" (Pablo Picasso)
"Conocer es recordar" (Platón)
"El único error real es aquel del que no aprendemos nada" (John Powell)
"El universo está hecho de historias, no de átomos" (Muriel Rukeyser)
"El tiempo descubre la verdad" (Séneca)
"El pasado es un prólogo" (W Shakespeare)
"En un minuto hay muchos días" (W. Shakespeare)
"Mi memoria es magnífica para olvidar" (R. L. Stevenson)
"Todo fin es un nuevo principio" (S. Tamaro)
"La historia es un incesante volver a empezar" (Tucídides)
"El ejemplo es una lección que todos los hombres pueden leer" (Morris West)
"La tragedia de la vejez no es ser viejo, sino haber sido joven." (Oscar Wilde)
"La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse" (Oscar Wilde)

LA VERDAD

"La única verdad es la realidad" (Aristóteles)
"La única verdad es la realidad" (Aristóteles)
"La duda: la escuela de la verdad" (Francis Bacon)
"Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas" (Mario Benedetti)
"La verdad anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua" (Miguel de Cervantes)
"La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de saber la verdad" (Cicerón)
"Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber" (Confucio)
"La verdad es eterna; el conocimiento, cambiante. Confundirlos resulta desastroso" (Madeleine L'Engle)
"La verdad es el mejor camuflaje, nadie se la cree" (M. Frisb)
"La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda" (Thomas Fuller)
"La verdad es hija del tiempo" (Aulo Gelio)
"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"El hombre que no teme a la verdad, nada tiene que temer a la mentira" (Jefferson)
"Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción". (A. Machado)
"Toda mentira de importancia necesita un detalle circunstancial para ser creída" (P. Merimée)
"Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso" (Montaigne)
"Sólo cuando se está en posesión de la verdad se da uno cuenta de lo deliciosa y preferible que era la mentira" (Jardiel Poncela)
"Los necios admiran, los sensatos aprueban" (Pope)
"El saber es la única propiedad que no puede perderse" (Bías de Priene Uno de los siete sabios de Grecia)
"Ver es creer, pero sentir es estar seguro" (John Ray)
"Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre" (B. Russell)
"La verdad si no es entera, se convierte en aliada de lo falso" (Javier Sádaba)
"Los errores ajenos proporcionan los medios para descubrir la verdad" (John Selden)
"Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones" (Séneca)
"La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman sus semillas a los cuatro vientos" (R. Tagore)
"Una mentira ha recorrido ya medio mundo, mientras la verdad está todavía poniéndose los zapatos" (M Twain)
"Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras" (Mark Twain)
"La verdad es más importante que los hechos".(Frank Lloyd Wright

OTROS

KHALIL GIBRAN
Y un orador dijo: "Háblanos de la Libertad."Y él respondió:" A las puertas de la ciudad y junto al fuego de vuestro hogar os he visto postrados adorando vuestra propia libertad. Como los esclavos se humillan ante el tirano y le alaban aunque los asesine. ¡Ay, en el bosque del templo y en la sombra de la ciudadela he visto a los más libres usar su libertad cual yugo y esposas! Y mi corazón sangró; porque tan sólo podréis ser libres cuando hasta el mismo deseo de buscar la libertad se convierta en un arnés, y dejéis de considerar a la libertad como un fin y el logro máximo de una aspiración."
" Seréis libres cuando vuestros días no transcurran sin alguna preocupación ni vuestras noches sin algún deseo y algún pesar. Pero más bien cuando estas cosas se ciñan a vuestra vida y, a pesar de ello, os elevéis por encima de ellas desnudos y libres."
" Y ¿cómo os alzaréis por sobre vuestros días y vuestras noches, a menos que rompáis las cadenas que en el despertar de vuestra comprensión habéis atado en torno a vuestra hora meridiana? En realidad, eso que vosotros llamáis libertad es la más poderosa de esas cadenas, aunque sus eslabones resplandezcan al sol y deslumbren vuestros ojos."
" Y ¿qué‚ es la libertad sino pedazos de vuestro propio ser que podríais desechar para llegar a ser libres? Si es una ley injusta la que queréis abolir, esa ley fue escrita por vuestras propias manos sobre vuestras frentes. No podréis derogarla quemando vuestras legislaciones ni lavando la frente de vuestros jueces, aun volcando el mar sobre ellos Y si se trata de un tirano al que, deseáis destronar, mirad primero que el trono que le habéis erigido dentro de vosotros quede destruido. Porque ¿cómo puede un tirano gobernar al libre y al orgulloso, si no es con el despotismo que existe en su propia libertad y la vergüenza en su propio orgullo? Y si es una preocupación la que deseáis desterrar de vosotros, esa preocupación ha sido elegida por vosotros, pero sin que os haya sido impuesta. Y si es un temor el que deseáis disipar, la raíz de ese temor se encuentra en vuestro corazón y no en manos del que teméis."
" Realmente todas las cosas se agitan dentro de vuestro ser en un semiabrazo constante, lo ansiado y lo temido, lo asqueroso y lo que se estima, lo perseguido y aquello que deseáis evitar. Todas estas cosas se mueven en vosotros como luces y sombras, como parejas en amorosa unión. Y cuando la sombra desaparece y deja de existir, la luz a que estaba unida se transforma en sombra para otra luz. Y asimismo vuestra libertad cuando pierde sus cadenas se convierte automáticamente en cadena de una libertad mayor."




ANEXO: UE rechaza legislar sobre la libertad en Internet

Por Huw Jones. Una ley europea para reforzar la libertad en internet sería innecesaria y pondría a los operadores en una situación complicada, dijo el martes la comisaria de Telecomunicaciones de la UE, Viviane Reding.
El Congreso de Estados Unidos ha elaborado el borrador de la Ley de Libertad Global en Internet.
Algunos parlamentarios europeos quieren seguir el ejemplo estadounidense, diciendo que las naciones autoritarias están incrementando la censura en la red bloqueando páginas e intimidando a usuarios con "ciberpolicías".
Tales acciones violan los derechos humanos, según los legisladores europeos.
La ley estadounidense promovería la libertad de expresión en internet y protegería a las empresas estadounidenses de presiones para participar en la represión.
"¿Debería la Unión Europea tener legislación específica sobre la libertad en internet? No estoy convencida de que una ley dura sea la mejor manera de conseguir el objetivo", dijo Reding en una sesión del Parlamento Europeo.
Los instrumentos planteados por algunos activistas como controles de exportación, sanciones civiles y criminales y la creación de un cuerpo específico de la UE para controlar las operaciones en el extranjero de las compañías de internet europeas serían "duras", dijo.
"Creo que no deberíamos poner a las compañías europeas en una posición discriminatoria donde su opción parece ser quebrantar la ley o dejar el mercado a operadores sin escrúpulos", dijo
"Más bien, nuestra meta sería encontrar modos de permitir a los operadores y proveedores de servicios respetar los Derechos Humanos sin necesidad de aplicar ninguna medida", añadió la comisaria.
Compañías estadounidenses han solicitado un código de conducta que establezca unos estándares corporativos mínimos relacionados con la libertad en internet.
Las diversas propuestas para utilizar fondos de la Unión Europea en investigación y desarrollo de software anticensura resultan atractivas y serán tenidas en cuenta, según Reding.
http://lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE5122LW20090203?pageNumber=2&virtualBrandChannel=0


Las cinco dificultades para decir la verdad
Bertolt Brecht Berlín (Alemania), 1934. Presentación: J.G.
El presente texto apareció en noviembre de 1963 en el Boletín del Seminario de Derecho Político de la Universidad de Salamanca (España), publicación dirigida en aquella época por el profesor Enrique Tierno Galván (q.e.p.d), ensayista y político, fundador del Partido Socialista Popular (PSP), integrante del PSOE y alcalde de Madrid.

«¿De qué sirve escribir valientemente que nos hundimos en la barbarie si no se dice claramente por qué?», se pregunta Bertolt Brecht en el texto. El que quiera luchar hoy contra la mentira y la ignorancia y escribir la verdad tendrá que vencer por lo menos cinco dificultades. Tendrá que tener el valor de escribir la verdad aunque se la desfigure por doquier; la inteligencia necesaria para descubrirla; el arte de hacerla manejable como un arma; el discernimiento indispensable para difundirla. Tales dificultades son enormes para los que escriben bajo el fascismo, pero también para los exiliados y los expulsados, y para los que viven en las democracias burguesas.
I. El valor de escribir la verdad Para mucha gente es evidente que el escritor debe escribir la verdad; es decir, no debe rechazarla ni ocultarla, ni deformarla. No debe doblegarse ante los poderosos; no debe engañar a los débiles. Pero es difícil resistir a los poderosos y muy provechoso engañar a los débiles. Incurrir en la desgracia ante los poderosos equivale a la renuncia, y renunciar al trabajo es renunciar al salario. Renunciar a la gloria de los poderosos significa frecuentemente renunciar a la gloria en general. Para todo ello se necesita mucho valor. Cuando impera la represión más feroz gusta hablar de cosas grandes y nobles. Es entonces cuando se necesita valor para hablar de las cosas pequeñas y vulgares, como la alimentación y la vivienda de los obreros. Por doquier aparece la consigna: «No hay pasión más noble que el amor al sacrificio». En lugar de entonar ditirambos sobre el campesino hay que hablar de máquinas y de abonos que facilitarían el trabajo que se ensalza. Cuando se clama por todas las antenas que el hombre inculto e ignorante es mejor que el hombre cultivado e instruido, hay que tener valor para plantearse el interrogante: ¿Mejor para quién? Cuando se habla de razas perfectas y razas imperfectas, el valor está en decir: ¿Es que el hambre, la ignorancia y la guerra no crean taras? También se necesita valor para decir la verdad sobre sí mismo cuando se es un vencido. Muchos perseguidos pierden la facultad de reconocer sus errores, la persecución les parece la injusticia suprema; los verdugos persiguen, luego son malos; las víctimas se consideran perseguidas por su bondad. En realidad esa bondad ha sido vencida. Por consiguiente, era una bondad débil e impropia, una bondad incierta, pues no es justo pensar que la bondad implica la debilidad, como la lluvia la humedad. Decir que los buenos fueron vencidos no porque eran buenos sino porque eran débiles requiere cierto valor. Escribir la verdad es luchar contra la mentira, pero la verdad no debe ser algo general, elevado y ambiguo, pues son estas las brechas por donde se desliza la mentira. El mentiroso se reconoce por su afición a las generalidades, como el hombre verídico por su vocación a las cosas prácticas, reales, tangibles. No se necesita un gran valor para deplorar en general la maldad del mundo y el triunfo de la brutalidad, ni para anunciar con estruendo el triunfo del espíritu en países donde éste es todavía concebible. Muchos se creen apuntados por cañones cuando solamente gemelos de teatro se orientan hacia ellos. Formulan reclamaciones generales en un mundo de amigos inofensivos y reclaman una justicia general por la que no han combatido nunca. También reclaman una libertad general: la de seguir percibiendo su parte habitual del botín. En síntesis sólo admiten una verdad: la que les suena bien. Pero si la verdad se presenta bajo una forma seca, en cifras y en hechos, y exige ser confirmada, ya no sabrán qué hacer. Tal verdad no les exalta. Del hombre veraz sólo tienen la apariencia. Su gran desgracia es que no conocen la verdad.
II. La inteligencia necesaria para descubrir la verdad Tampoco es fácil descubrir la verdad. Por lo menos la que es fecunda. Así, según opinión general, los grandes Estados caen uno tras otro en la barbarie extrema. Y una guerra intestina que se desarrolla implacablemente puede degenerar en cualquier momento en un conflicto generalizado que convertiría nuestro continente en un montón de ruinas. Evidentemente, se trata de verdades. No se puede negar que llueve hacia abajo: numerosos poetas escriben verdades de este género. Son como el pintor que cubría de frescos las paredes de un barco que se estaba hundiendo. El haber resuelto nuestra primera dificultad les procura una cierta dificultad de conciencia. Es cierto que no se dejan engañar por los poderosos, pero ¿escuchan los gritos de los torturados? No; pintan imágenes. Esta actitud absurda les sume en un profundo desconcierto, del que no dejan de sacar provecho; en su lugar otros buscarían las causas. No creáis que sea cosa fácil distinguir sus verdades de las vulgaridades referentes a la lluvia; al principio parecen importantes, pues la operación artística consiste precisamente en dar importancia a algo. Pero mirad la cosa de cerca: os daréis cuenta que no dejan de decir: no se puede impedir que llueva hacia abajo. También están los que por falta de conocimientos no llegan a la verdad. Y, sin embargo, distinguen las tareas urgentes y no temen a los poderosos ni a la miseria. Pero viven de antiguas supersticiones, de axiomas célebres a veces muy bellos. Para ellos el mundo es demasiado complicado: se contentan con conocer los hechos e ignorar las relaciones que existen entre ellos. Me permito decir a todos los escritores de esta época confusa y rica en transformaciones que hay que conocer el materialismo dialéctico, la economía y la historia. Tales conocimientos se adquieren en los libros y en la práctica si no falta la necesaria aplicación. Es muy sencillo descubrir fragmentos de verdad, e incluso verdades enteras. El que busca necesita un método, pero se puede encontrar sin método, e incluso sin objeto que buscar. Sin embargo, ciertos procedimientos pueden dificultar la explicación de la verdad: los que la lean serán incapaces de transformar esa verdad en acción. Los escritores que se contentan con acumular pequeños hechos no sirven para hacer manejables las cosas de este mundo. Pues bien, la verdad no tiene otra ambición. Por consiguiente esos escritores no están a la altura de su misión.
III. El arte de hacer la verdad manejable como arma La verdad debe decirse pensando en sus consecuencias sobre la conducta de los que la reciben. Hay verdades sin consecuencias prácticas. Por ejemplo, esa opinión tan extendida sobre la barbarie: el fascismo sería debido a una oleada de barbarie que se ha abatido sobre varios países, como una plaga natural. Así, al lado y por encima del capitalismo y del socialismo habría nacido una tercera fuerza: el fascismo. Para mi, el fascismo es una fase histérica del capitalismo, y, por consiguiente, algo muy nuevo y muy viejo. En un país fascista el capitalismo existe solamente como fascismo. Combatirlo es combatir el capitalismo, y bajo su forma más cruda, más insolente, más opresiva, más engañosa. Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina? Una verdad de este género no reporta ninguna utilidad práctica. Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo. Los demócratas burgueses condenan con énfasis los métodos bárbaros de sus vecinos, y sus acusaciones impresionan tanto a sus auditorios que éstos olvidan que tales métodos se practican también en sus propios países. Ciertos países logran todavía conservar sus formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo, los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias burguesas garantizan a los capitalistas, sin recurso a la violencia, la posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada. Ciertos países no tienen necesidad, para mantener sus monopolios bárbaros, de destruir la legalidad instituida, ni su confort cultural (filosofía, arte, literatura); de ahí que acepten perfectamente oir a los exiliados alemanes estigmatizar su propio régimen por haber destruido esas comodidades. A sus ojos es un argumento suplementario en favor de la guerra. ¿Puede decirse que respetan la verdad los que gritan: «Guerra sin cuartel a Alemania, que es hoy la verdadera patria del «mal», la oficina del infierno, el trono del anticristo»? No. Los que así gritan son tontos, impotentes gentes peligrosas. Sus discursos tienden a la destrucción de un país, de un país entero con todos sus habitantes, pues los gases asfixiantes no perdonan a los inocentes. Los que ignoran la verdad se expresan de un modo superficial, general e impreciso. Peroran sobre el «alemán», estigmatizan el «mal», y sus auditorios se interrogan: ¿Debemos dejar de ser alemanes? ¿Bastará con que seamos buenos para que el infierno desaparezca? Cuando manejan sus tópicos sobre la barbarie salida de la barbarie resultan impotentes para suscitar la acción. En realidad no se dirigen a nadie. Para terminar con la barbarie se contentan con predicar la mejora de las costumbres mediante el desarrollo de la cultura. Eso equivale a limitarse a aislar algunos eslabones en la cadena de las causas y a considerar como potencias irremediables ciertas fuerzas determinantes, mientras que se dejan en la oscuridad las fuerzas que preparan las catástrofes. Un poco de luz y los verdaderos responsables de las catástrofes aparecen claramente: los hombres. Vivimos una época en que el destino del hombre es el hombre. El fascismo no es una plaga que tendría su origen en la «naturaleza» del hombre. Por lo demás, es un modo de presentar las catástrofes naturales que restituyen al hombre su dignidad porque se dirigen a su fuerza combativa. El que quiera describir el fascismo y la guerra grandes desgracias, pero no calamidades «naturales» debe hablar un lenguaje práctico: mostrar que esas desgracias son un efecto de la lucha de clases; poseedores de medios de producción contra masas obreras. Para presentar verídicamente un estado de cosas nefasto, mostrad que tiene causas remediables. Cuando se sabe que la desgracia tiene un remedio, es posible combatirla.
IV. Cómo saber a quién confiar la verdad Un hábito secular, propio del comercio de la cosa escrita, hace que el escritor no se ocupe de la difusión de sus obras. Se figura que su editor, u otro intermediario, las distribuye a todo el mundo. Y se dice: yo hablo, y los que quieren entenderme, me entienden. En la realidad, el escritor habla, y los que pueden pagar, le entienden. Sus palabras jamás llegan a todos, y los que las escuchan no quieren entenderlo todo. Sobre esto se ha dicho ya muchas cosas, pero no las suficientes. Transformar la «acción de escribir a alguien» en «acto de escribir» es algo que me parece grave y nocivo. La verdad no puede ser simplemente escrita; hay que escribirla a alguien. A alguien que sepa utilizarla. Los escritores y los lectores descubren la verdad juntos. Para ser revelado, el bien sólo necesita ser bien escuchado, pero la verdad debe ser dicha con astucia y comprendida del mismo modo. Para nosotros, escritores, es importante saber a quién la decimos y quién nos la dice; a los que viven en condiciones intolerables debemos decirles la verdad sobre esas condiciones, y esa verdad debe venirnos de ellos. No nos dirijamos solamente a las gentes de un solo sector: hay otros que evolucionan y se hacen susceptibles de entendernos. Hasta los verdugos son accesibles, con tal que comiencen a temer por sus vidas. Los campesinos de Baviera, que se oponían a todo cambio de régimen, se hicieron permeables a las ideas revolucionarias cuando vieron que sus hijos, al volver de una larga guerra, quedaban reducidos al paro forzoso. La verdad tiene un tono. Nuestro deber es encontrarlo. Ordinariamente se adopta un tono suave y dolorido: «yo soy incapaz de hacer daño a una mosca». Esto tiene la virtud de hundir en la miseria a quien lo escucha. No trataremos como enemigos a quienes emplean este tono, pero no podrán ser nuestros compañeros de lucha. La verdad es de naturaleza guerrera, y no sólo es enemiga de la mentira, sino de los embusteros.
V. Proceder con astucia para difundir la verdad Orgullosos de su valor para escribir la verdad, contentos de haberla descubierto, cansados sin duda de los esfuerzos que supone el hacerla operante, algunos esperan impacientes que sus lectores la disciernan. De ahí que les parezca vano proceder con astucia para difundir la verdad. Confucio alteró el texto de un viejo almanaque popular cambiando algunas palabras: en lugar de escribir «el maestro Kun hizo matar al filósofo Wan», escribió: «el maestro Kun hizo asesinar al filósofo Wan». En el pasaje donde se hablaba de la muerte del tirano Sundso, «muerto en un atentado», reemplazó la palabra «muerto» por «ejecutado», abriendo la vía a una nueva concepción de la historia. El que en la actualidad reemplaza «pueblo» por «población», y «tierra» por «propiedad rural», se niega ya a acreditar algunas mentiras, privando a algunas palabras de su magia. La palabra «pueblo» implica una unidad fundada en intereses comunes; sólo habría que emplearla en plural, puesto que únicamente existen «intereses comunes» entre varios pueblos. La «población» de una misma región tiene intereses diversos e incluso antagónicos. Esta verdad no debe ser olvidada. Del mismo modo, el que dice «la tierra», personificando sus encantos, extasiándose ante su perfume y su colorido, favorece las mentiras de la clase dominante. Al fin y al cabo, ¡qué importa la fecundidad de la tierra, el amor del hombre por ella y su infatigable ardor al trabajarla!: lo que importa es el precio del trigo y el precio del trabajo. El que saca provecho de la tierra no es nunca el que recoge el trigo, y «el gesto augusto del sembrador» no se cotiza en Bolsa. El término justo es «propiedad rural». Cuando reina la opresión, no hablemos de «disciplina», sino de «sumisión» pues la disciplina excluye la existencia de una clase dominante. Del mismo modo, el vocablo «dignidad» vale más que la palabra «honor», pues tiene más en cuenta al hombre. Todos sabemos qué clase de gente se precipita para tener la ventaja de defender el «honor» de un pueblo, y con qué liberalidad los ricos distribuyen el «honor» a los que trabajan para enriquecerlos. La astucia de Confucio es utilizable también en nuestros días. También la de Tomás Moro. Este último describió un país utópico idéntico a la Inglaterra de aquella época, pero en el que las injusticias se presentaban como costumbres admitidas por todo el mundo. Cuando Lenin, perseguido por la policía del Zar, quiso dar una idea de la explotación de Sajalín por la burguesía rusa, sustituyó Rusia por el Japón y Sajalín por Corea. La identidad de las dos burguesías era evidente, pero como Rusia estaba en guerra con el Japón la censura dejó pasar el trabajo de Lenin. Hay una infinidad de astucias posibles para engañar a un Estado receloso. Voltaire luchó contra las supersticiones religiosas de su tiempo escribiendo la historia galante de «La Doncella de Orleans»: describiendo en un bello estilo aventuras galantes sacadas de la vida de los grandes. Voltaire llevó a éstos a abandonar la religión (que hasta entonces tenían por caución de su vida disoluta). De repente se hicieron los propagadores celosos de las obras de Voltaire y ridiculizaron a la policía que defendía sus privilegios. La actitud de los grandes permitió la difusión ilícita de las ideas del escritor entre el público burgués, hacia el que precisamente apuntaba Voltaire. Decía Lucrecio que contaba con la belleza de sus versos para la propagación de su ateísmo epicúreo. Las virtudes literarias de una obra pueden favorecer su difusión clandestina. Pero hay que reconocer que a veces suscitan múltiples sospechas. De ahí la necesidad de descuidarlas deliberadamente en ciertas ocasiones. Tal sería el caso, por ejemplo, si se introdujera en una novela policíaca -género literario desacreditado- la descripción de condiciones sociales intolerables. A mi modo de ver, esto justificaría completamente la novela policíaca. En la obra de Shakespeare se puede encontrar un modelo de verdad propagada por la astucia: el discurso de Antonio ante el cadáver de César. Afirmando constantemente la respetabilidad de Bruto, cuenta su crimen, y la pintura que hace de él es mucho más aleccionadora que la del criminal. Dejándose dominar por los hechos, Antonio saca de ellos su fuerza de convicción mucho más que de su propio juicio. Jonathan Swift propuso en un panfleto que los niños de los pobres fueran puestos a la venta en las carnicerías para que reinara la abundancia en el país. Después de efectuar cálculos minuciosos, el célebre escritor probó que se podrían realizar economías importantes llevando la lógica hasta el fin. Swift jugaba al monstruo. Defendía con pasión absolutista algo que odiaba. Era una manera de denunciar la ignominia. Cualquiera podía encontrar una solución más sensata que la suya, o al menos más humana; sobre todo, aquellos que no habían comprendido a dónde conducía este tipo de razonamiento. Militar a favor del pensamiento, sea cual fuere la forma que éste adopte, sirve la causa de los oprimidos. En efecto, los gobernantes al servicio de los explotadores consideran el pensamiento como algo despreciable. Para ellos lo que es útil para los pobres es pobre. La obsesión que estos últimos tienen por comer, por satisfacer su hambre, es baja. Es bajo menospreciar los honores militares cuando se goza de este favor inestimable: batirse por un país cuando se muere de hambre. Es bajo dudar de un jefe que os conduce a la desgracia. El horror al trabajo que no alimenta al que lo efectúa es asimismo una cosa baja, y baja también la protesta contra la locura que se impone y la indiferencia por una familia que no aporta nada. Se suele tratar a los hambrientos como gentes voraces y sin ideal, de cobardes a los que no tienen confianza en sus opresores, de derrotistas a los que no creen en la fuerza, de vagos a los que pretenden ser pagados por trabajar, etc. Bajo semejante régimen, pensar es una actividad sospechosa y desacreditada. ¿Dónde ir para aprender a pensar? A todos los lugares donde impera la represión. Sin embargo, el pensamiento triunfa todavía en ciertos dominios en que resulta indispensable para la dictadura. En el arte de la guerra, por ejemplo, y en la utilización de las técnicas. Resulta indispensable pensar para remediar, mediante la invención de tejidos «ersatz», la penuria de lana. Para explicar la mala calidad de los productos alimenticios o la militarización de la juventud no es posible renunciar al pensamiento. Pero recurriendo a la astucia se puede evitar el elogio de la guerra, al que nos incitan los nuevos maestros del pensamiento. Así, la cuestión ¿cómo orientar la guerra? lleva a la pregunta: ¿vale la pena hacer la guerra? Lo que equivale a preguntar: ¿cómo evitar la guerra inútil? Evidentemente, no es fácil plantear esta cuestión en público hoy. Pero ¿quiere decir esto que haya que renunciar a dar eficacia a la verdad? Evidentemente no. Si en nuestra época es posible que un sistema de opresión permita a una minoría explotar a la mayoría, la razón reside en una cierta complicidad de la población, complicidad que se extiende a todos los dominios. Una complicidad análoga, pero orientada en sentido contrario, puede arruinar el sistema. Por ejemplo, los descubrimientos biológicos de Darwin eran susceptibles de poner en peligro todo el sistema, pero solamente la Iglesia se inquietó. La policía no veía en ello nada nocivo. Los últimos descubrimientos físicos implican consecuencias de orden filosófico que podrían poner en tela de juicio los dogmas irracionales que utiliza la opresión. Las investigaciones de Hegel en el dominio de la lógica facilitaron a los clásicos de la revolución proletaria, Marx y Lenin, métodos de un valor inestimable. Las ciencias son solidarias entre sí, pero su desarrollo es desigual según los dominios; el Estado es incapaz de controlarlos todos. Así, los pioneros de la verdad pueden encontrar terrenos de investigación relativamente poco vigilados. Lo importante es enseñar el buen método, que exige que se interrogue a toda cosa a propósito de sus caracteres transitorios y variables. Los dirigentes odian las transformaciones: desearían que todo permaneciese inmóvil, a ser posible durante un milenio: que la Luna se detuviese y el Sol interrumpiese su carrera. Entonces nadie tendría hambre ni reclamaría alimentos. Nadie respondería cuando ellos abriesen fuego; su salva sería necesariamente la última. Subrayar el carácter transitorio de las cosas equivale a ayudar a los oprimidos. No olvidemos jamás recordar al vencedor que toda situación contiene una contradicción susceptible de tomar vastas proporciones. Semejante método -la dialéctica, ciencia del movimiento de las cosas- puede ser aplicado al examen de materias como la biología y la química, que escapan al control de los poderosos, pero nada impide que se aplique al estudio de la familia; no se corre el riesgo de suscitar la atención. Cada cosa depende de una infinidad de otras que cambian sin cesar; esta verdad es peligrosa para las dictaduras. Pues bien, hay mil maneras de utilizarla en las mismas narices de la policía. Los gobernantes que conducen a los hombres a la miseria quieren evitar a todo precio que, en la miseria, se piense en el Gobierno. De ahí que hablen de destino. Es al destino, y no al Gobierno, al que atribuyen la responsabilidad de las deficiencias del régimen. Y si alguien pretende llegar a las causas de estas insuficiencias, se le detiene antes de que llegue al Gobierno. Pero en general es posible reclinar los lugares comunes sobre el destino y demostrar que el hombre se forja su propio destino. Ahí tenéis el ejemplo de esa granja islandesa sobre la que pesaba una maldición. La mujer se había arrojado al agua, el hombre se había ahorcado. Un día, el hijo se casó con una joven que aportaba como dote algunas hectáreas de tierra. De golpe, se acabó la maldición. En la aldea se interpretó el acontecimiento de diversos modos. Unos lo atribuyeron al natural alegre de la joven; otros a la dote, que permitía, al fin, a los propietarios de la granja comenzar sobre nuevas bases. Incluso un poeta que describe un paisaje puede servir a la causa de los oprimidos si incluye en la descripción algún detalle relacionado con el trabajo de los hombres. En resumen: importa emplear la astucia para difundir la verdad.
Conclusión La gran verdad de nuestra época -conocerla no es todo, pero ignorarla equivale a impedir el descubrimiento de cualquier otra verdad importante- es ésta: nuestro continente se hunde en la barbarie porque la propiedad privada de los medios de producción se mantiene por la violencia. ¿De qué sirve escribir valientemente que nos hundimos en la barbarie si no se dice claramente por qué? Los que torturan lo hacen por conservar la propiedad privada de los medios de producción. Ciertamente, esta afirmación nos hará perder muchos amigos: todos los que, estigmatizando la tortura, creen que no es indispensable para el mantenimiento de las formas actuales de propiedad. Digamos la verdad sobre las condiciones bárbaras que reinan en nuestro país; así será posible suprimirlas, es decir, cambiar las actuales relaciones de producción. Digámoslo a los que sufren del statu quo y que, por consiguiente, tienen más interés en que se modifique: a los trabajadores, a los aliados posibles de la clase obrera, a los que colaboran en este estado de cosas sin poseer los medios de producción.

ANEXO

“¿Qui’hubo, marica?” Enola gay

“Enola Gay”, es el nombre del bombardero B-29 que tiene mérito de haber transportado y luego lanzar la primera bomba atómica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945 (http://anodis.com/nota/5764.asp). Y Ética marica es un libro de Paco Vidarte, quien se definía como LGTBQ (lesbiano, gay, transexual, bisexual o queer, raro en inglés).

Más allá, el bogotanísimo “ala chinazo“ ha sido reemplazado por el “¿Qui’hubo, marica?”; como dice Daniel Samper Pizano: "La palabra “marica” ha pasado a adquirir en Bogotá un tono amable y de confianza que se escapa a todos los diccionarios. El de la Real Academia lo aplica a homosexuales y afeminados; el de María Moliner, cuya tercera edición aún no cumple un año y cuesta un ojo de la cara, se atreve a apartarse de la semántica gay, pero afirma que “se emplea como insulto”.
No es verdad. Por el contrario, a menudo se usa como cariñoso apelativo entre amigos. Entre amigos heterosexuales, aclaro. Tan cariñoso será, que ni siquiera las mujeres están exentas de este tratamiento. Conozco la historia de un joven cachaco que se le declaró a la novia de la siguiente romántica manera: “Estoy tragadísimo de usté, marica…”. Esta nueva acepción de la palabra no ha sido entendida ni por los diccionarios hispanos ni por el el diccionario Instituto Caro y Cuervo, que la registra como sinónimo de “maricón”, “mariposón” y “volteado”. No. No es eso. Aun el Breve diccionario de colombianismo de la noble y sabia Academia Colombiana lo omite, como si no hubiera nada que comentar sobre su empleo". http://www.danielsamperpizano.com/2008/07/10/%C2%BFquihubo-marica/

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Antes "ma-rica" era algo parecido a la palabra actual "maruja", era un término para calificar a mujeres, cotillas, ignorantes, chismosas. Las "ma-ricas", eran estás típicas señoras que hoy consideramos tan pueblerinas.
En los tiempos pasados, se quería degradar a los homosexuales, "feminizándolos" y asemejándolos a mujeres, es decir, rebajándolos socialmente, porque en tiempos pasado la mujer ni votaba, ni tenía voz, ni era independiente. Por eso el término "mar-ica" empezó a usarse también con homosexuales, hasta que con el tiempo, era un término solo para homosexuales. De "mar-ica" luego ha derivado "mari-quita", "mari-cón", "maric-onazo"...

M-a-r-i-c-ó-n es un adjetivo y sustantivo habitualmente de carácter peyorativo, originalmente aumentativo de M-a-r-i-c-a (diminutivo de María).
Se usa como insulto grosero con los significados de hombre afeminado, pero no significa homosexual, términos relacionados pero no iguales. También significa hombre de poco ánimo y esfuerzo.

Cuando la conquista habia por el estado de sonora una tribu que era muy bohemia y le gustaba mucho la pintura y teatro se llamaban maricopas y una de sus (virtudes) era que la gran mayoria eran bisex y gays de su epoca

http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080526071616AAcPgeZ

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