domingo, 10 de abril de 2011

MUCHOS LA ANUNCIARON MUY POCOS ANTICIPARON QUÉ HACER CONTRA NATURA (ARCADI NAVARRO): INHUMANIDAD DE LA HUMANIDAD (contiene imágenes muy fuertes, pueden herir la sensibilidad)

CC


Diez razones de la crisis internacional

Por Mario Rapoport

La actual crisis internacional dejó de ser un simple accidente; se parece más bien a un tren que descarrila en el curso de una loca carrera hacia un destino incierto. El problema es que ese tren tiene innumerables vagones donde está enganchado todo el mundo. Trataremos de resumir ese descarrilamiento en diez puntos, algunos más claros que otros. Si ya no cabe duda de que esta crisis es la más profunda del sistema desde los años ’30, muchos de los análisis que se hacen sobre ella no alcanzan a percibir aún la complejidad del fenómeno.
UNO
En primer lugar, salvando las distancias tecnológicas, los mecanismos que la desataron, aunque más sofisticados, no son muy novedosos respecto de los que funcionaron en la crisis de 1929, con la que tiene más similitud de lo que se cree. Sí lo es, en cambio, el efecto de esa tecnología en su propagación y difusión, potenciado por el grado de transnacionalización de las firmas. Hasta no hace mucho los sostenedores de la globalización financiera hablaban del rol crucial de la informática y de las comunicaciones en el progreso de la economía mundial: ahora constatan que estas innovaciones se han vuelto en contra. Ayudada por ellas, la velocidad de los acontecimientos, en esta marcha inversa hacia el desastre, parece imparable.
DOS
La segunda cuestión tiene que ver con el largo plazo. Desde los años ’70 el mundo ha vivido de crisis en crisis, con origen en el centro o en la periferia pero que no nos han abandonado nunca. Constituye un mecanismo de olas sucesivas del cual esta última resulta la culminación. Podemos enumerar algunos de los principales momentos críticos desde aquella época: la crisis monetaria en EE.UU. y la ruptura del patrón oro en 1971; el alza de los precios del petróleo en 1973 y 1979; la crisis de la deuda externa latinoamericana en 1982; el crac bursátil de Wall Street en 1987; las crisis de las cajas de ahorro estadounidenses en 1989; el crac japonés en 1990. Luego vienen las crisis periféricas de fin de siglo: la mexicana (1994), la del sudeste asiático (1997), la rusa (1998) y la brasileña (1999). Y a partir del nuevo siglo otro encadenamiento: el derrumbe de las punto.com en el 2000; las crisis en Turquía y en la Argentina (2001); la quiebras de Enron y World Com (2001 y 2002); las repercusiones financieras del atentando a las Torres Gemelas y de la invasión a Irak. Para culminar con la actual crisis de las subprime, que estalla en 2007 y a la cual se suman en 2008 las caídas de Lehman Brothers, las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac y la aseguradora AIG, más las de unos cuantos bancos europeos y norteamericanos. Interesado en el largo plazo un reciente artículo del New York Times vuelve a mencionar, para horror de los neoclásicos, los ciclos Kondratieff.
TRES
Está en discusión cuál es el huevo o la gallina. ¿Son el predominio del sector financiero sobre el real, las burbujas especulativas y, finalmente, el crac bursátil, las causas principales de la recesión subsiguiente? ¿O debemos dar vuelta los términos de la ecuación? ¿No habrá sido la reducción de la rentabilidad de los sectores productivos, sobre todo en EE.UU. y Europa, lo que llevó a un proceso de especulación financiera para compensar la caída en la economía real?
CUATRO
Los incrementos de la productividad, gracias a las nuevas tecnologías, y el notable ensanchamiento de las desigualdades de ingresos a nivel mundial han producido una indudable crisis de sobreproducción, la que se ha pretendido resolver, en especial en Washington, con el creciente endeudamiento del Estado en los sectores externo y fiscal (en su mayor parte por gastos militares) y el sobreendeudamiento de las familias americanas, financiados con el poder del dólar y los excedentes de China y otros países emergentes.
CINCO
La paradoja de este financiamiento es que se parece mucho al que originó la deuda externa de América latina. En aquel momento el reciclaje de petrodólares y eurodólares contribuyó a las “bicicletas” financieras, al endeudamiento de Estados y empresas y a la fuga de capitales, sin aportar mayormente inversiones productivas. Ahora, el financiamiento a los EE.UU. y otros países desarrollados por parte de las economías emergentes creó burbujas inmobiliarias, valorización de productos “tóxicos” y una crisis financiera formidable. Ese financiamiento no tuvo tampoco destinos útiles o productivos.
SEIS
La desregulación financiera y la ausencia de un prestamista de última instancia a nivel internacional fueron consideradas como una de las causas principales de la crisis de 1929. Bretton Woods permitió crear un esquema monetario y financiero internacional para regular el sistema, quedando muy en claro que los movimientos de capitales debían controlarse por su carácter desestabilizador. No obstante, a partir de los años ’60, esos mismos organismos se dedicaron a predicar la desregulación financiera, la libertad absoluta de los movimientos de capital y una mínima intervención de los Estados. Jugaron contra los propósitos y fines que habían llevado a su misma creación. Con esta crisis parece que se descree nuevamente de los mercados autorregulados y se vuelve a soluciones como las de los ’30: la intervención de los Estados y el proteccionismo.
SIETE
El temor del fantasma inflacionario comienza a borrarse a favor de una nueva realidad; la deflación y la desocupación como elementos significativos de la crisis. Esto implica retomar los principios del pensamiento keynesiano. La gente piensa que es mejor ahorrar que consumir o invertir (o no tiene poder adquisitivo para ninguna de las dos cosas) y esto deriva en un estancamiento productivo que se alimenta a sí mismo.
OCHO
La crisis alimentaria, el aumento del precio de los commodities, (aunque ahora hayan descendido) y el deterioro del medio ambiente constituyen elementos que confluyen con la crisis financiera y la agravan.
NUEVE
Una de las debilidades mayores del actual sistema monetario es la existencia de una divisa clave como el dólar, cuya emisión y fluctuaciones sólo atienden los intereses de los Estados Unidos y el juego competitivo con las monedas de otras potencias, como el euro, el yen y el yuan. Si en los años ’70 el abandono del patrón cambio oro le dio a EE.UU. un alivio y le permitió endeudarse con su propia emisión de dinero y bonos del Tesoro, actualmente la situación no es la misma. Entonces la economía norteamericana podía respaldar sus déficit financieros porque el mercado interior aún era sólido y su inversión externa y comercio exterior ocupaban una plaza importante en el mundo. Pero esa inversión se derrumbó y el déficit comercial alcanzó magnitudes nunca vistas, mientras que el mercado interno ya no tiene la pujanza de antaño ni desde la oferta, donde existen grandes industrias que requieren cambios de fondo, ni desde la demanda, con una población cuyos ingresos se achicaron al tiempo que su endeudamiento crecía.
DIEZ
El fracaso del sistema financiero y bancario internacional, la ausencia de límites operatorios para la banca de inversión, los paraísos fiscales, el lavado de dinero, son razones determinantes de la crisis. Antes de salvar indiscriminadamente a los bancos quebrados, habría que reestructurar la arquitectura financiera internacional, ayudar a las verdaderas víctimas –ahorristas, desocupados, propietarios de inmuebles, pequeñas y medianas empresas–, y sostener políticas productivas y creadoras de empleo. El mundo globalizado se transformó en un gran corralito del que va a ser imposible escapar con las recetas perimidas del pasado reciente
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-120749-2009-03-01.html


El FMI acepta "mea culpa" por no anticipar la crisis económica. Este hecho será analizado por el G-20 en su cumbre del 2 de abril en Londres.
http://www.clavedigital.com.do/App_Pages/Economia/Economia.aspx?Id_Articulo=7956

Fuerte autocrítica y catarsis colectiva
Empresarios y economistas debatieron con dureza sobre la profundidad de la crisis internacional
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1094498

Golfa crisis
HIPOCRESÍA La expansión cuantitativa y cualitativa de los medios de consumo se tambalea, y la tiranía de las ganancias padece una fiebre maligna que suelta sus virus por las corrompidas sedes burocráticas de los partidos y por los sacrílegos templos de la mercadería.
http://www.elcomerciodigital.com/gijon/prensa/20090228/opinionarticulos/golfa-crisis-20090228.html

http://www.gurusblog.com/archives/1917/07/04/2008/


CONTRANATURA DE ARCADI NAVARRO

Introducción

Dice el autor:
1. Las cosas son como son, más complicadas de lo que pensamos. Si queremos entender el mundo para integrarnos bien en él tenemos que desmontar nuestros mitos y demostrar cómo funciona. En el fondo, la ciencia es la historia de la humanidad contra sus prejuicios. Y la lucha sigue, porque la única herramienta para progresar es la combinación de razón y evidencia.
2. Mantener creencias falsas hace que la gente no esté bien preparada para interactuar con la realidad y entenderla. Generan impotencia personal y colectiva. Por otro lado, el hecho de que estas ideas estén tan arraigadas en la cultura dominante es un tapón para la investigación.
3. Las explicaciones religiosas del mundo y los mitos, en general, se han abordado durante mucho tiempo desde un punto de vista histórico y antropológico. Pero desde hace poco ya se empiezan a contemplar como lo que son, fenómenos biológicos particulares de una especie, el ser humano, que se pueden estudiar, como se hace con otros rasgos, desde un punto de vista neurológico y evolutivo. Los humanos necesitamos explicar el mundo. Nuestra especie, al fin y al cabo, ha triunfado gracias a que somos máquinas de entender, encontrar correlaciones y averiguar relaciones causa-efecto. Estos mecanismos acaban saliéndose de madre y hacen que atribuyamos a la naturaleza cierta intencionalidad, ganas de hacer daño o hacer el bien. Hemos adoptado la idea de la naturaleza como un refugio al que tenemos que volver, en oposición a las prácticas humanas que consideramos más horribles

–En su libro acusa a la naturaleza de ser una “ludópata malgastadora”. ¿Por qué?
–A pesar de que hay entidades biológicas especializadas en el ahorro, también hay un despilfarro increíble. Es fascinante comparar cómo camina un coyote y cómo lo hace un perro bien alimentado que sale a pasear con su amo. La mascota no tiene por qué reparar en gastos, salta, va y viene. En cambio, el coyote camina en línea recta, pone las patas una delante de otra con precisión para minimizar el consumo de energía. También se dan casos de un gasto suntuario totalmente innecesario para hacer reclamos sexuales, como en los pavos reales. El macho tiene una cola inmensa que sólo le sirve para atraer a las hembras y le puede suponer un problema al huir de un depredador. En muchos aspectos, la naturaleza se comporta como un partido político en campaña electoral. En el Amazonas, por ejemplo, los árboles compiten en altura por el sol. Han empleado cantidades enormes de energía para ser altísimos y, no obstante, todos tienen la misma cantidad de luz que tendrían si fueran más bajos. Lo mismo ocurre cuando los partidos cuentan a sus electores que intentarán hacer un gasto electoral moderado, pero lo cierto es que invierten todo lo que pueden para acabar teniendo exactamente el mismo nivel de atención que hubieran tenido con menos despilfarro. En este sentido, la naturaleza es incluso más derrochadora que los humanos
–¿Instinto de supervivencia?
–Este instinto toma formas muy diferentes, desde la competición salvaje hasta el altruismo más sacrificado. Como en la guerra, en la naturaleza puedes tener enemigos y aliados. La cooperación se da como una estrategia para triunfar que produce recompensas, aunque tiene un coste: hay que hacer sacrificios. Todos somos el producto de la colaboración entre muchas células que se han puesto de acuerdo con un objetivo común –construir una persona– y han delegado la reproducción, que es la necesidad primaria de todo ser vivo, en unas cuantas células privilegiadas. Cooperan unos genes con otros, unas células con otras, unas especies con otras y unos individuos con otros
¿No se producen rebeliones?
–¡Claro! Continuamente. Y se crean estructuras especializadas en la vigilancia de los que no cooperan. Hay células que se rebelan, se dividen y producen cáncer. En las colmenas de abejas, algunas obreras intentan poner huevos al margen de la reina. Por eso hay patrullas que recorren el panal, como si fueran miembros de una policía política, y detectan y se comen los huevos de las rebeldes. La reina también tiene un papel opresor: segrega feromonas que impiden que los ovarios de las obreras funcionen, aunque en una colonia de 30.000 abejas puede haber tres o cuatro transgresoras. En nuestra sociedad también hay individuos que se especializan en castigar a los no cooperadores, como los policías y los jueces. Y en este sentido, los genes tienen mucho que ver, más de lo que pensábamos.
–O sea, que la genética influye y determina nuestro comportamiento.
–La historia evolutiva de cada especie aparece plasmada en su patrimonio genético, que determina que ciertas conductas sean en cierto sentido heredadas. Hay organismos que realizan tareas para cuyo aprendizaje el ser humano necesitaría cursos y cursos. Por ejemplo, los castores levantan complejas presas de forma casi refleja. En cambio, para nosotros resulta más adaptativo transmitir culturalmente muchas de las cosas que algunos animales heredan de sus padres. Nuestra biología nos abre a la cultura y nos aleja del determinismo. Nuestro éxito como especie está en la plasticidad, en los mecanismos que nos permiten recibir conocimientos y transmitirlos culturalmente. La genética nos da la capacidad del lenguaje, pero para desarrollarlo debemos aprender a hablar de niños. Y el conflicto es el motor que nos hace dar un paso más.
–Eso no es políticamente muy correcto.
–Pero es así. El conflicto es la principal fuerza creadora de la diversidad del mundo vivo. Sin él no habría competencia por maximizar la reproducción en cada generación y no existiría tanta diversidad de especies. La evolución no se produce por la fuerza ciega de las mutaciones en los organismos, sino porque algunas son beneficiosas, conducen a una mayor reproducción y por eso se asimilan. Otras, en cambio, son problemáticas, generan poca adaptación y, por lo tanto, son eliminadas. De hecho, los grandes avances científicos se han producido en contextos de conflictos bélicos, como el auge de la aviación en la I Guerra Mundial o la revolución atómica durante la II Guerra Mundial. El conflicto es constante, permanente e inherente a la vida, aunque permanezca escondido. Es la fuerza que desde hace 3.500 millones de años configura la vida en la Tierra, la causa última de la colosal diversidad y de la sobrecogedora belleza del mundo vivo que habitamos
http://www.muyinteresante.es/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=381
http://www.muyinteresante.es/index.php/todas-entrevistas/381-arcadi-navarro?start=1

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He estado haciendo una exploración sobre la inhumanidad de la humanidad (barbarie, tortura, crueldad y comportamientos similares) contra los animales. A continuación una muestra de la crueldad de los “seres humanos racionales” contra especies animales.
Blog dedicado a.... 11 diciembre delfines y ballenas http://defensoresoceanicos.spaces.live.com/blog/
Más crueldad
http://www.taringa.net/posts/info/1407285/Crueldad-Humana-1-PARTE.html



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