viernes, 1 de abril de 2011

Cartas dirigidas a Dios por Satán (el diablo). Una nunca enviada y otra si (remite: bloguero de pensamiento crítico y tenaz). Inmensa teta y pájaro azul en el cerebro (anexo: el maligno clamando por un monte a la medida de su boca)

CC



La mitología describe a Poseidón y Neptuno como dioses del mar (mitad pez y mitad hombre), por lo que se considera que dagón era semejante a ellos.
ERA UNA ESPECIE DE CIRENOS
Dios DAGON

http://es.oocities.com/julioil/mazagon_archivos/image005.gif

DAGÓN EL DIOS PEZ
DAGÓN EL DIOS PEZ



























Los sacerdotes de dagón según muestras arqueológicas, los representaban como una vestidura simbolizando a un pez, formando en su cabeza con la boca del pez una especie de mitra como una corona

SACERDOTES DE DAGÓN
SACERDOTES DE DAGÓN



























Simbolo Pez


http://perso.wanadoo.es/fcomorillo/catolico/influencia.htm
Es en Babilonia donde se encuentra el uso de la mitra por parte del Sacerdote, en un reino politeista fundado hace 2.500 años a.C. que practicaban a los dioses.

El vacío (del latín vacivus) es la ausencia total de materia en un determinado espacio o lugar, o la falta de contenido en el interior de un recipiente. Por extensión, se denomina también vacío a la condición de una región donde la densidad de partículas es muy baja, como por ejemplo el espacio interestelar; o la de una cavidad cerrada donde la presión de aire u otros gases es menor que la atmosférica. Puede existir naturalmente o ser provocado en forma artificial, ya sea para usos tecnológicos o científicos, industriales o en la vida diaria.
En física el vacío se refiere a la disminución de presión, esto significa que cuanto más disminuyamos la presión, mayor vacío se obtendrá.

El 'Ojo de Dios', la nebulosa planetaria que nos observa. Se trata de una experiencia única para la vista humana. Poder contemplar un 'ojo' espacial que mide dos años luz, 20 billones de kilómetros
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/ojo-dios-nebulosa-planetaria-nos/csrcsrpor/20090226csrcsrsoc_1/Tes

La Haya, 2 mar (EFE).- Una línea de teléfono móvil, que se publicita como una conexión directa con Dios, está levantando gran expectación en Holanda, según indicó hoy el autor de esta iniciativa artística, Johan van der Dong.
Según Van der Dong, el número directo con Dios, que estará abierto durante medio año, está recibiendo "un aluvión de llamadas", recoge la agencia holandesa ANP.
El artista ha escogido un número de móvil porque encaja con la idea de un Dios que siempre está disponible, al igual que la gente del mundo de hoy gracias al invento del teléfono portátil.
Con su iniciativa, Van der Dong quiere comparar un ritual tradicional -la oración- con otro moderno -el llamar por teléfono-.
El artista ya tuvo gran éxito con otro proyecto parecido, en el que los holandeses podían enviar una carta a la dirección postal de Dios
http://es.noticias.yahoo.com/9/20090302/tso-una-linea-telefonica-directa-con-dio-64bc860.html

Jonathan Minila ha dicho “habéis de saber que tengo un pájaro azul en el cerebro”. Publicó un cuento en Palabras malditas y ha tenido (o tuvo. Con él nunca se sabe .....) una columna en Infierno: El preparó “La inmensa teta”, título tomado del libro “El niño poeta” de Homero Aridjis: “Chupar. El mundo era una inmensa teta: Un monte a la medida de mi boca”. A continuación lo mencionado:

Cierren sus bocas; guarden sus dientes. Antes hay algo que quiero decir... Existe un sitio al que todas las bocas se aferran. Donde cada uno toma el alimento para ser. Y está aquí, entre nuestras manos. Lo mordemos sin que importe herirlo. Egoístas. Obsesionados por esa esencia, por ese líquido, por esas voces, imágenes. Por aquello que arrancamos con los dientes, vaciando el espacio de él mismo para hacerlo nuestro. La misma madre; el mismo seno. Ese jugo que se desliza entre la garganta, sin saciedad, y del que cada punto surge. Todo. Lo bueno, lo malo. Lo que se mira, lo que se escucha. Esa inmensa teta donde "miles de bocas se funden al pezón que han traicionado (y continuarán haciendo), y donde otras desean recuperarlo quitándose los zapatos para escarbar, y luchar contra aquellos que se afanan en cubrirla y perderla para hacérnosla olvidar". Dentro, todo fluye. Dentro, todo es y da forma perfecta a esa redondez que acariciamos obsesionados. Con las lenguas de fuera, y los dientes ansiosos. Los labios trémulos, deseosos de carne. De ese monte que nos sostiene, y que nos hace oscilar entre "ese instinto terrible, mordaz, tendiente a la destrucción, y esa ilusión también por detener un poco eso que nos consume".
Jonathan Minila
http://jminila.blogspot.com/2008/08/la-inmensa-teta_26.html



ANEXO
NOMBRES Y CLASIFICACIÓN DEL ESPÍRITU MALIGNO

Sus nombres . Satán es una palabra hebrea que significa "Adversario" o "Acusador": su sentido resulta transparente si recordamos que su primera aparición es en el Libro de Job. Satanás es tanto su equivalente en griego como en persa. Diablo proviene del griego diábolos, y no es más que la traducción de Satán; a su vez, Iblís es la corrupción árabe de diábolos. Demonio proviene del griego daimon ("dividir"). Belcebú ("Señor de las Moscas") es un nombre cargado de desprecio con el que los hebreos se referían a Baal, una antigua deidad de varios pueblos del Levante a la cual se le ofrecían sacrificios humanos: de allí la repulsiva referencia a dichos insectos, que pululaban en sus templos. Para el cristianismo, Lucifer o Luzbel ("portador de luz", identificado con el Lucero del Alba, o sea el planeta Venus) era el nombre angélico del Diablo antes de rebelarse contra Dios. (El judaísmo lo considera una entidad diferente a Satán). Mefisto o Mefistófeles ("destructor mentiroso") no es el Diablo, sino uno de sus príncipes subordinados (al igual que Belial o que Asmodeo) y su nombre proviene de la leyenda medieval alemana del pacto del Doctor Fausto
El Tentador. ¿Recuerdan los pasajes bíblicos que se refieren a la Tentación de Jesús? En ellos, el Diablo es conciliador, medido, razonable. Jesús no: él es el exceso
Seis Seis Seis: en realidad no se trata de uno de los nombres del Diablo sino del Anticristo, una figura cuya aparición en el final de los tiempos describe el Libro de la Revelación (en griego, Apocalipsis). Dice el autor (la mayoría de los estudiosos concuerdan en que no es el Apóstol Juan): "Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (Revelación, XIII, 18). Obviemos por un momento el hecho de que en los códices y fragmentos de papiros más antiguos que se conservan (siglos III y IV) el número no es 666 sino 616. (En el siglo II, San Ireneo afirmaba que "616" era una errata). ¿Qué significa esa cifra?
Éste es uno de los ejemplos más difundidos de gematría, o sea, la numerología aplicada a los textos sagrados del pueblo judío: la conversión de un nombre escrito en alfabeto hebreo a su equivalente numérico. La mayoría de los expertos cree que se trata de una referencia críptica al Emperador Nerón, el primer perseguidor de los cristianos: el equivalente numerológico de su nombre, escrito en arameo (la lengua hablada por los judíos de Palestina durante el siglo I de nuestra era) es precisamente el famoso número
Clasificación de los demonios según Alfonso de Espina (1467): 1- Demonios del destino. 2- Trasgos. 3- Íncubos y Súcubos. 4- Hordas que se desplazan. 5- Demonios domésticos. 6- Drudes. 7- Demonios que nacen del ayuntamiento con seres humanos. 8- Demonios engañosos. 9- Demonios que atacan a los santos. 10- Demonios seductores que fuerzan a las viejas a ir a los aquelarres.
Clasificación de los demonios según Francesco Maria Guazzo (1608): 1- Demonios de las capas superiores del aire. 2- Demonios de las capas inferiores del aire, que se dedican a provocar tormentas y borrascas. 3- Demonios terrestres, que invaden bosques, cavernas y campos. 4- Demonios del agua, que invaden ríos y lagos. 5- Demonios subterráneos, que provocan terremotos y resquebrajan los cimientos de las casas. 6- Demonios nocturnos. Son lucífugos y de carácter extremadamente malvado.
Los demonios y el santo ideal para enfrentarlos, según Sebastien Michaelis (1613). Demonios de primera jerarquía: para Belcebú, San Francisco. Para Leviatán, San Pedro. Para Asmodeo, San Juan. Para Baalberith, San Bernabé. Para Astaroth, San Bartolomé. Para Verrin, Santo Domingo. Para Gresil, San Bernardo. Para Sonnilon, San Esteban. De segunda jerarquía: para Karo, San Vicente. Para Camal, San Juan Evangelista. Para Clavel, San Martín. Para Rosal, San Basilio. Para Soplador, San Bernardo. De tercera jerarquía: para Belfal, San Francisco de Paula. Para Olivier, San Lorenzo.
13) Los demonios y los pecados capitales, según Peter Binsfeld (1589): Lucifer (Soberbia). Mammón (Avaricia). Asmodeo (Lujuria). Satanás (Ira). Belcebú (Gula). Leviatán (Celos).
Belfegor (Pereza).
Iconografía. La imagen de un Diablo mitad hombre y mitad macho cabrio es de origen medieval, y su modelo fueron los faunos, criaturas mitológicas romanas similares a los sátiros griegos relacionados con el dios Pan. Los faunos son seres del bosque, aficionados a asustar a las personas, y Pan es un dios orgiástico asociado con la naturaleza salvaje y, por ende, inspirador de miedo profundo ("pánico")
Íncubos y súcubos. El íncubo ("que reposa arriba") es, según leyendas europeas medievales, un demonio que adopta la forma de un hombre y que asalta sexualmente a las mujeres durante el sueño. El súcubo (del latín succubus, de succubare, "reposar debajo") es, simétricamente, un demonio que, bajo la forma de una mujer atractiva, se aparece en sueños a los hombres (en especial a monjes) y mantiene relaciones sexuales con ellos, alimentándose con su energía vital y agotando o incluso matando al desventurado. Algunos autores medievales sostenían que íncubos y súcubos no pertenecían a géneros demoníacos diferentes, sino que se trataba de los mismos demonios, que utilizaban el semen recibido como súcubo para embarazar a mujeres como íncubos. Se reputaba a las criaturas discapacitadas física o mentalmente como resultado de estos coitos demoníacos
Autor Pablo Martín Cerone

UN MONTE A LA MEDIDA DE MI BOCA


Un monte a la medida de mi boca (versión completa) autor Jonathan Minila
Cierren sus bocas; guarden sus dientes. Antes hay algo que quiero decir. Hay una forma de comenzar, y así lo hago yo, como siempre, con palabras que avanzan y se continúan una tras otra para plasmar alguna idea o también, por qué no, para no decir nada en absoluto. Es igual, porque cada conclusión es relativa. Cuántos hay por ahí que encuentran soles en la oscuridad, o cielos en la arena. Es la magia. Es la forma en que se extiende cada uno desde su centro para llenar esto (lo que miramos) de reflejos que modifican la percepción, creando una realidad que se genera y que nos envuelve para movernos de un sitio a otro en esta carrera que no la es del todo. Tan simple. Lo complejo se aprisiona, se revuelve, y nos confunde cuando es más claro aún. Bajo las capas de cemento existe aquello que es en verdad nuestro (o debería serlo), y que es el alimento donde todo se extrae. La realidad se forma dentro de ese espacio que logramos (y no) compartir, generándolo y modificándolo en el transcurso del tiempo que no es aquel concepto que gira entre manecillas, sino que es enmarcado por el paso de cada uno sobre el cuerpo de la misma madre que nos alimenta de un mismo seno, y que nos regala ese jugo que nos permite continuar con la fuerza para dar paso a todo lo demás. Una caja de sorpresas (y torpezas) teñida con esa magnificencia que se extiende hasta los límites que cada uno genera, y que sin embargo se combinan para formar una totalidad que se pone de acuerdo, y no, entre comprensiones e incomprensiones. Elixir de aquello que encontramos en cada mirada, y que ha dado paso a movimientos grandiosos, o absurdos. Miles de bocas que se funden en un pezón que han traicionado (y continuarán haciendolo), y otras que desean recuperarlo quitándose los zapatos para escarbar, y luchar contra aquellos que se afanan en cubrirla y perderla para hacérnosla olvidar. ¿A dónde nos dirigimos? A formar espacios, y tiempos, y una historia que se mueve como esto: letras terribles que dejan a otras detrás (hasta que se olvidan, o sólo nos recuerdan una idea general que es probablemente lo único que formamos). Hay tanto, y hay todo. Naciendo desde un mismo centro. Los labios se aferran a la carne, y muerden. Cada uno. Tú y yo. Todos. Naciendo de ahí para girar alrededor. Manos moviéndose para pescar peces flotantes y hacer con ellos eso que nos mantiene en esta ilusión. Sin embargo hay algo que abajo no deja de moverse. Algo que es una constante. Ese monte que está hecho a la medida de nuestra boca, y que nos sostiene. Está ahí, hecho de fragmentos, de todo, formado también por nosotros mismos y esos colores. Por esas energías que lo mantienen vivo y lo sumergen al mismo tiempo en un ciclo de falsedades e imposibles (que también forma parte de ese todo). Ahí la paradoja: somos una porción de esto que consumimos para mantenernos de pie, cuando lo real sería comprender ese contexto. Es entonces atinado rescatar aquello que funciona y da libertad (y permite darnos cuenta). ¿No es eso lo que hemos venido a hacer aquí? Cada quién tiene su modo, su forma. Yo hago esto, escribir, y decir palabras que serán olvidadas, y que sin embargo han formado un fragmento de ese monte enorme que nos alimenta. Arranco lo que me gusta, y lo muestro. Me lleno de este seno que me mantiene aquí para compartir lo que me ha dado. Es mi forma de pagar lo recibido. Y hay más. Esa enorme amalgama de percepciones, de realidades, como ahora de letras, de espacios, de momentos. Una ilusión que es parte de lo mismo, y que no todos distinguen. Entonces habrá soñadores, idealistas, tipos como yo, y tú (por eso estás aquí, acompañando a este pensamiento que está girando en mi habitación, y en la tuya), que habrán de mostrar la inmensidad de esta teta que, no está demás decirlo, está ahí cuando la necesitamos y la recordamos. Como estas palabras, pues, que son mi modo de revelar esa realidad que se me descifra y que entrego de una forma u otra. Caminos distintos dirigiéndose a un mismo fin. Símbolos entre voces, entre gritos, entre sueños. Somos el equilibrio y aquello que hace arrancar los pasos de cada hombre. Generamos el todo. Somos lo que ha sido y eso que aún no se percibe. De cualquier modo se oscila entre ambas cosas. Ese instinto terrible, mordaz, tendiente a la destrucción, y esa ilusión también por detener un poco a eso que nos consume. Polo Dice: - El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es rigurosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno y hacer que dure, y dejarle espacio*. Yo me hipnotizo de ese todo, de ese absoluto (los dos extremos). Me maravillo de lo azul y me alimento también de ese infierno y de esos demonios que casi lo dominan todo. Es la sábila que me alimenta. Habrá quienes se aferren a algún extremo, pero yo ondulo entre ellos.
Un monte a la medida de mi boca. Dios existe: teléfono: 06-44244901 o 0031-6-44244901 fuera de Holanda. Mensaje: teléfono de Dios. Ahora no puedo atenderle. Deje un mensaje o llame más tarde. (Anexo: el maligno)


Fragmento, como hago ahora, cambiando de forma frente al teclado. Observo volar suspiros, caer el sol y cuerpos. Escribo estas palabras que no parecen nada, y eso son. Sin embargo también me desnudan por completo. Todo dependerá, entonces, de aquel que las mire y les de forma. Es un hecho: existen y están porque tú (el valiente que las sigue) las hace fluir a este ritmo. ¿Lo ves? Eso es lo que me obsesiona. La mente, los demonios, las sensaciones, lo imposible. Aquello que es lo que me alimenta y fluye de esta inmensa teta de la que hay tanto que decir, y que por supuesto está hecha exactamente a la medida de mi boca. Ahora pueden morder con libertad. Provecho
http://www.palabrasmalditas.net/portada/content/view/957/7/













¡Hola Satanás! ¿Cómo estás?:
Te escribo porque desde que nací no he sabido nada de Dios. Le he rezado, le he buscado, le he escrito cartas igual que ahora, por primera vez, hago contigo y nunca me ha respondido.
Miro a mi alrededor y no encuentro motivos para pensar que Él exista y, si existe, sólo puedo pensar que no cumple bien con su oficio. He pensado que tal vez la existencia de Dios no sea más que un camelo urdido por Ti, bien para tu propia diversión a costa de nosotros, los mortales, o…quizás, para que el ser humano crea en Ti, ya que es sabido que tu existencia es consecuencia de la de Él.

Claro que es posible que Tú tampoco existas. Probablemente no haya Dioses ni Demonios, salvo los que cada uno en su interior se invente.
No obstante, por si acaso estoy equivocado y sí existís los dos, me gustaría tener respuesta para mis dudas y alcanzar así el conocimiento supremo de entender la vida.

Siempre he pensado que cuando vine al mundo lo hice bien pertrechado de todo lo que el ser humano debe tener, como por ejemplo: la inocencia, la bondad, la alegría, y muchas otras cosas buenas que sólo un ser semejante a ese Dios del que ahora dudo, es capaz de albergar. Creía que a medida que crecía en un mundo tan caótico e injusto esas virtudes se me iban agotando y que Tú ibas poco a poco robándomelas y cambiándolas por sus contrarias. Pensaba que mi alma se contaminaba por tu mediación según crecía, que la generosidad era cambiada por egoísmo y la ilusión en indolencia; que la prudencia la trocabas en desatino y que la alegría acababa en tristeza.

Pero me temo que esta carta tampoco llegue a su destino. Estoy casi seguro de que Tú no existes y Él tampoco.

A ver… dime si no cómo pueden ocurrir tantas calamidades, si Él puede evitarlas, pero no lo hace. ¿Será que Tú eres más poderoso y ya le has ganado la partida?... pero, ahora que lo pienso, eso no es posible; porque si admito vuestra existencia, también he de reconocer que Él también te creo a Ti y es omnipotente. Él, de existir, tiene el poder de vencerte siempre.

Antes hice referencia a algunas cosas buenas que, tal vez, Tú cambias por otras diabólicas; la lista sería interminable, pero hay una a la que debo referirme: la Fe. La he perdido y no ha venido nada para suplantarla, sólo hallo en su lugar el vacío. No creo en Él ni creo en Ti. Otra prueba más de vuestra inexistencia, ya que ninguno de los dos, ni Dios ni Tú, habéis vencido a vuestro favor la balanza...

He decidido no acabar ni enviar esta carta, ya sea a Dios o al Diablo. Es absurdo molestarse en intentar comunicar con alguien que no existe. Además ya no lo necesito, porque por fin he llegado a la respuesta para todo esto: el ser humano no ha sido creado.

Sólo somos una rara consecuencia de complejísimos azares cósmicos y el bien o el mal no nos viene del capricho de un Dios indolente o de un Diablo perverso. Ambas cosas, el bien y el mal, son creadas por nosotros mismos y, pensándolo bien, no tienen importancia. Al fin y al cabo desaparecerán con nosotros cuando nos reencontremos con nuestra verdadera naturaleza: cuando seamos de nuevo polvo cósmico y gravitemos entre las estrellas
http://pedrolamart.blogcindario.com/2007/12/00074-carta-al-diablo.html por Pedro









Lamart









Paraíso Terrenal, 4 de Mayo, año de la Inauguración
Estimado Dios.
Trono Celestial.
De mi consideración:
Tengo a bien dirigirme a Ud. a objeto de pedirle una aclaratoria ante el rumor que varios de sus Ángeles preferidos han estado difundiendo durante las últimas semanas por todo el Paraíso. En ellos se me achaca, de una manera irresponsable y ajena a toda verdad, ser el culpable de los bochornosos actos inmorales protagonizados por la Srta Eva y el Sr. Adán junto al manzano ese que se halla en el lugar en donde Ud. ordenó colocar culebras, sapos y otro tipo de animales desagradables.
Antes que nada quiero aclararle que la Srta Eva, desde hace unos cuatro meses para acá, en lugar de pasearse como Ud. la creó, empezó a ponerse ropas ligeras y hasta un sostén medio roto con los que destacaba parcialmente sus piernas y parte de los senos. Me consta, porque yo la vi, que ante la indiferencia del joven Adán, quien estaba todo el tiempo tranquilo mirando las flores y pajaritos del lugar, ella lo insultó llamándolo de marico para abajo.
Al ver que Adán no le respondía al requerimiento, la semana pasada empezó a tocarle sus partes con una manzana hasta que se produjo lo inevitable. El joven muchacho, de quien puedo decir que era una persona casta y buena, no se pudo aguantar ante los excesos de provocación y aceptó la propuesta, que fue el inicio de los bochornosos actos sexuales de los que se me trata de inculpar.
Los gritos escandalosos de la Srta. Eva y la realización de sexo oral que tanto horrorizaron al Ángel Tobías, el Necio, jamás pudieron ser producto de mis actuaciones. Usted más que nadie sabe que yo no tengo mujer ni las he conocido. Aquí no hay discotecas, no venden alcohol, no se consigue hierba y sabe muy bien que yo, al igual que la mayoría de los habitantes del lugar, soy un pobre diablo zanahoria. Si vivo en lo que llaman los barrios bajos y peligrosos del Paraíso, se debe a su propia conveniencia. Usted me creó porque necesitaba a alguien para asustar a los que se le medio revelaran. Bien sabe que yo solo nunca habría aparecido en este mundo porque no tengo facultades de creador. Si me asignó el cuidado de las culebras en sus territorios, yo lo acepté con mucho gusto a pesar de que usted sabe que pican bien duro. Si decidió asustar conmigo a la pobre gente que cree en la libertad de pensamiento, también lo acepté, porque ¿quién se le rebela a un ser todopoderoso? En fin de cuentas, yo soy un pobre trabajador que está obligado a obedecer, pero achacarme amí la lujuria de Adán y Eva, no se lo acepto.
Con todo el respeto que me merece, reclámeselo a ellos una vez que salgan del motel ese en donde ya llevan encerrados tres días gritando como locos y entregados a todo tipo de relajos y experimentos sexuales.
Por otra parte, usted sabe que lo de ellos no es ninguna novedad: a todo el mundo le consta que desde hace años el puercoespín de la parte norte del Paraíso vive puyando a todas las puercoespinas que se le acercan; que en la misma zona hay dos tigres homosexuales que se la pasan lamiéndose por todas partes ante la presencia de los vecinos, y que este lugar está lleno de hormigas degeneradas y hasta de una araña puta.
De todas formas debo recordarle que si de verdad quisiera acabar con el pecado original pudo haber aprovechado la circunstancia de que el Sr. Adán no usa preservativos y hacer que les diera sida, acabando de inmediato con un problema que yo sé que después se le va a escapar de las manos.
En mi humilde opinión, en lugar de expulsarlos del Paraíso sin ofrecerles una solución habitacional decente,másbien debería estarles agradecido, porque aunque seanunpar de degeneraditos, gracias a ellos ahora usted tendrá ocasión de hacerse de una clientela numerosa.
Dios, usted sabe muy bien que lo respeto mucho, pero si es con calumnias, conmigo no cuente.
Ni de vaina me calo esta, porque después al final yo voy a ser el responsable de todo lo malo que hagan los demás. No es justo que una persona que sólo ha existido para servir a sus intereses ahora sea víctima de la infamia. Si lo estima conveniente páseme la carta de despido y págueme lo mío, que en el acto me voy y fundo mi propia empresa De Ud. atentamente y por la eternidad. El Diablo http://www.ultimasnoticias.com.ve/ediciones/2002/09/29/p67n1.htm
Nota
La presente misiva fue enviada por el Sr. Diablo a Dios el día 4 de Mayo del tercer siglo después de la llegada de Adán y Eva al Paraíso Terrenal. La carta jamás fue contestada por el Ser Supremo, así como tampoco los telegramas certificados en donde le reclamaba que le diera una respuesta, ni los mail que se les han estado enviado casi a diario durante los últimos tres años a su dirección electrónica: señortodopoderoso@hotmail. com. Por primera vez usted podrá leerla y opinar por sí mismo de lo que pasa en el otro mundo. Otrova Gomas
























































































¡Hola Satanás! ¿Cómo estás?:
Te escribo porque desde que nací no he sabido nada de Dios. Le he rezado, le he buscado, le he escrito cartas igual que ahora, por primera vez, hago contigo y nunca me ha respondido.
Miro a mi alrededor y no encuentro motivos para pensar que Él exista y, si existe, sólo puedo pensar que no cumple bien con su oficio. He pensado que tal vez la existencia de Dios no sea más que un camelo urdido por Ti, bien para tu propia diversión a costa de nosotros, los mortales, o…quizás, para que el ser humano crea en Ti, ya que es sabido que tu existencia es consecuencia de la de Él.

Claro que es posible que Tú tampoco existas. Probablemente no haya Dioses ni Demonios, salvo los que cada uno en su interior se invente.
No obstante, por si acaso estoy equivocado y sí existís los dos, me gustaría tener respuesta para mis dudas y alcanzar así el conocimiento supremo de entender la vida.

Siempre he pensado que cuando vine al mundo lo hice bien pertrechado de todo lo que el ser humano debe tener, como por ejemplo: la inocencia, la bondad, la alegría, y muchas otras cosas buenas que sólo un ser semejante a ese Dios del que ahora dudo, es capaz de albergar. Creía que a medida que crecía en un mundo tan caótico e injusto esas virtudes se me iban agotando y que Tú ibas poco a poco robándomelas y cambiándolas por sus contrarias. Pensaba que mi alma se contaminaba por tu mediación según crecía, que la generosidad era cambiada por egoísmo y la ilusión en indolencia; que la prudencia la trocabas en desatino y que la alegría acababa en tristeza.

Pero me temo que esta carta tampoco llegue a su destino. Estoy casi seguro de que Tú no existes y Él tampoco.

A ver… dime si no cómo pueden ocurrir tantas calamidades, si Él puede evitarlas, pero no lo hace. ¿Será que Tú eres más poderoso y ya le has ganado la partida?... pero, ahora que lo pienso, eso no es posible; porque si admito vuestra existencia, también he de reconocer que Él también te creo a Ti y es omnipotente. Él, de existir, tiene el poder de vencerte siempre.

Antes hice referencia a algunas cosas buenas que, tal vez, Tú cambias por otras diabólicas; la lista sería interminable, pero hay una a la que debo referirme: la Fe. La he perdido y no ha venido nada para suplantarla, sólo hallo en su lugar el vacío. No creo en Él ni creo en Ti. Otra prueba más de vuestra inexistencia, ya que ninguno de los dos, ni Dios ni Tú, habéis vencido a vuestro favor la balanza...

He decidido no acabar ni enviar esta carta, ya sea a Dios o al Diablo. Es absurdo molestarse en intentar comunicar con alguien que no existe. Además ya no lo necesito, porque por fin he llegado a la respuesta para todo esto: el ser humano no ha sido creado.

Sólo somos una rara consecuencia de complejísimos azares cósmicos y el bien o el mal no nos viene del capricho de un Dios indolente o de un Diablo perverso. Ambas cosas, el bien y el mal, son creadas por nosotros mismos y, pensándolo bien, no tienen importancia. Al fin y al cabo desaparecerán con nosotros cuando nos reencontremos con nuestra verdadera naturaleza: cuando seamos de nuevo polvo cósmico y gravitemos entre las estrellas
http://pedrolamart.blogcindario.com/2007/12/00074-carta-al-diablo.html por Pedro









Lamart









Paraíso Terrenal, 4 de Mayo, año de la Inauguración
Estimado Dios.
Trono Celestial.
De mi consideración:
Tengo a bien dirigirme a Ud. a objeto de pedirle una aclaratoria ante el rumor que varios de sus Ángeles preferidos han estado difundiendo durante las últimas semanas por todo el Paraíso. En ellos se me achaca, de una manera irresponsable y ajena a toda verdad, ser el culpable de los bochornosos actos inmorales protagonizados por la Srta Eva y el Sr. Adán junto al manzano ese que se halla en el lugar en donde Ud. ordenó colocar culebras, sapos y otro tipo de animales desagradables.
Antes que nada quiero aclararle que la Srta Eva, desde hace unos cuatro meses para acá, en lugar de pasearse como Ud. la creó, empezó a ponerse ropas ligeras y hasta un sostén medio roto con los que destacaba parcialmente sus piernas y parte de los senos. Me consta, porque yo la vi, que ante la indiferencia del joven Adán, quien estaba todo el tiempo tranquilo mirando las flores y pajaritos del lugar, ella lo insultó llamándolo de marico para abajo.
Al ver que Adán no le respondía al requerimiento, la semana pasada empezó a tocarle sus partes con una manzana hasta que se produjo lo inevitable. El joven muchacho, de quien puedo decir que era una persona casta y buena, no se pudo aguantar ante los excesos de provocación y aceptó la propuesta, que fue el inicio de los bochornosos actos sexuales de los que se me trata de inculpar.
Los gritos escandalosos de la Srta. Eva y la realización de sexo oral que tanto horrorizaron al Ángel Tobías, el Necio, jamás pudieron ser producto de mis actuaciones. Usted más que nadie sabe que yo no tengo mujer ni las he conocido. Aquí no hay discotecas, no venden alcohol, no se consigue hierba y sabe muy bien que yo, al igual que la mayoría de los habitantes del lugar, soy un pobre diablo zanahoria. Si vivo en lo que llaman los barrios bajos y peligrosos del Paraíso, se debe a su propia conveniencia. Usted me creó porque necesitaba a alguien para asustar a los que se le medio revelaran. Bien sabe que yo solo nunca habría aparecido en este mundo porque no tengo facultades de creador. Si me asignó el cuidado de las culebras en sus territorios, yo lo acepté con mucho gusto a pesar de que usted sabe que pican bien duro. Si decidió asustar conmigo a la pobre gente que cree en la libertad de pensamiento, también lo acepté, porque ¿quién se le rebela a un ser todopoderoso? En fin de cuentas, yo soy un pobre trabajador que está obligado a obedecer, pero achacarme amí la lujuria de Adán y Eva, no se lo acepto.
Con todo el respeto que me merece, reclámeselo a ellos una vez que salgan del motel ese en donde ya llevan encerrados tres días gritando como locos y entregados a todo tipo de relajos y experimentos sexuales.
Por otra parte, usted sabe que lo de ellos no es ninguna novedad: a todo el mundo le consta que desde hace años el puercoespín de la parte norte del Paraíso vive puyando a todas las puercoespinas que se le acercan; que en la misma zona hay dos tigres homosexuales que se la pasan lamiéndose por todas partes ante la presencia de los vecinos, y que este lugar está lleno de hormigas degeneradas y hasta de una araña puta.
De todas formas debo recordarle que si de verdad quisiera acabar con el pecado original pudo haber aprovechado la circunstancia de que el Sr. Adán no usa preservativos y hacer que les diera sida, acabando de inmediato con un problema que yo sé que después se le va a escapar de las manos.
En mi humilde opinión, en lugar de expulsarlos del Paraíso sin ofrecerles una solución habitacional decente,másbien debería estarles agradecido, porque aunque seanunpar de degeneraditos, gracias a ellos ahora usted tendrá ocasión de hacerse de una clientela numerosa.
Dios, usted sabe muy bien que lo respeto mucho, pero si es con calumnias, conmigo no cuente.
Ni de vaina me calo esta, porque después al final yo voy a ser el responsable de todo lo malo que hagan los demás. No es justo que una persona que sólo ha existido para servir a sus intereses ahora sea víctima de la infamia. Si lo estima conveniente páseme la carta de despido y págueme lo mío, que en el acto me voy y fundo mi propia empresa De Ud. atentamente y por la eternidad. El Diablo http://www.ultimasnoticias.com.ve/ediciones/2002/09/29/p67n1.htm
Nota
La presente misiva fue enviada por el Sr. Diablo a Dios el día 4 de Mayo del tercer siglo después de la llegada de Adán y Eva al Paraíso Terrenal. La carta jamás fue contestada por el Ser Supremo, así como tampoco los telegramas certificados en donde le reclamaba que le diera una respuesta, ni los mail que se les han estado enviado casi a diario durante los últimos tres años a su dirección electrónica: señortodopoderoso@hotmail. com. Por primera vez usted podrá leerla y opinar por sí mismo de lo que pasa en el otro mundo. Otrova Gomas





































































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