martes, 5 de abril de 2011

Capa ozono. Perspectivas agua embotellada: 1) problema global. 2) “realista“. Pregunta: ¿incrementan los desechos a todo nivel?

CC

http://www.youtube.com/watch?v=wHA5sgnV_qs&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=UHw6MP_qDjg&feature=player_embedded#
http://www.youtube.com/watch?v=EMeRrGEK8m0&feature=related






El agua en botella, un problema medio ambiental global por Abid Aslam

Los consumidores de todo el mundo gastan colectivamente cada año más de 100 mil millones de dólares en agua en botella en la creencia –a menudo equivocada– de que es mucho mejor. El consumo mundial de agua envasada creció a 155 mil millones de litros en 2004, 57 por ciento más que en 1999
"Incluso en áreas donde existe agua de pozo segura para beber, la demanda en aumento de agua envasada está produciendo basura innecesaria y consumiendo grandes cantidades de energía", asegura un informe de la investigadora Emily Arnold, del Earth Policy Institute (Instituto de Políticas de la Tierra). Aunque en muchos lugares del mundo, incluyendo Europa y EEUU, existen regulaciones para controlar su calidad, el agua en botella puede costar hasta 10.000 veces más. Un galón de agua envasada en EEUU puede llegar a costar hasta más de 10 dólares (o sea, 2,64 dólares por litro), más del doble que la gasolina.
"No se cuestiona que el agua potable limpia y barata sea esencial para la salud de nuestra comunidad global" –afirmó Arnold– "pero el agua envasada no es la respuesta en el mundo desarrollado, ni es la solución a los problemas de 1.100 millones de personas que carecen de un abastecimiento de agua segura. Ampliando y mejorando el tratamiento de aguas y el saneamiento de los sistemas existentes es más factible proporcionar fuentes seguras y sustentables de agua en el largo plazo".
Los países miembros de Naciones Unidas acordaron reducir a la mitad la proporción de gente que carece de acceso confiable y duradero al agua potable segura para el año 2015. Para alcanzar esta meta, habría que duplicar los 15 mil millones de dólares destinados cada año al abastecimiento y saneamiento del agua. Mientras que esta cantidad puede parecer enorme, empalidece en comparación a los 100 mil millones estimados como el gasto anual en agua envasada
El agua potable nos llega a través de una infraestructura que gasta energía de manera económica, mientras que el agua envasada se transporta a distancias a menudo largas a través del territorio nacional, por barco, tren, avión y camiones. Esto implica quemar cantidades masivas de combustibles fósiles.
Por ejemplo, en 2004 sólo una compañía de Helsinki envió 1,4 millones de botellas de agua finlandesa embotellada a 4.345 kilómetros, a la Arabia Saudita. Y aunque el 94 por ciento del agua en botella vendida en EEUU se produce nacionalmente, muchos estadounidenses consumen agua importada de hasta 9.000 kilómetros, como Fiji, y otros lugares lejanos, para satisfacer la demanda de lo que Arnold llama "agua envasada elegante y exótica".
El empaquetado del agua utiliza más combustibles fósiles. La mayoría de las botellas de agua se fabrican con terephthalate de polietileno, un plástico derivado del petróleo crudo. "Solamente la fabricación de botellas para resolver la demanda de los norteamericanos requiere anualmente más de 1,5 millones de barriles de petróleo, tanto como para aprovisionar de combustible a unos 100.000 automóviles de EEUU durante un año", anotó Arnold.
Una vez que se haya vaciado, la botella debe ser desechada. Según el Instituto de Reciclaje de Envases, el 86 por ciento de las botellas plásticas de agua usadas en EEUU se convierten en basura o relleno. La incineración de las botellas usadas genera subproductos tóxicos tales como el gas clorado y ceniza similar a las que contienen los metales pesados que ya causan bastantes problemas en la salud humana y animal. Las botellas de agua enterradas pueden tomar hasta 1.000 años para biodegradarse.
Por todo el mundo, se utilizan cada año unas 2,7 millones de toneladas de plástico para embotellar agua. De las botellas recolectadas para reciclar en 2004, EEUU exportó gruesamente el 40 por ciento a destinos tan lejanos como China, requiriendo con todo más combustible fósil.
Mientras tanto, las comunidades donde se origina el agua arriesgan que el flujo de sus fuentes quede seco. Más de cincuenta aldeas indias se han quejado de escasez de agua después que los embotelladores comenzaran a extraerles el agua para su venta bajo la etiqueta de Dasani, corporación de Coca Cola. Similares problemas se han conocido en Texas y en la región de los Grandes Lagos de Norteamérica, donde los granjeros, pescadores y otros que dependen del agua para su sustento están sufriendo con la extracción concentrada del líquido mientras que su agua de mesa escasea rápidamente.
Si los norteamericanos tienen el mayor consumo de agua en botella per capita, el crecimiento colectivo más rápido de la consumición radica en las poblaciones gigantes de México, la India y China. En su totalidad, el consumo de agua en botella en la India aumentó al triple a partir de 1999 hasta 2004, mientras que China lo ha más que doblado.
Mientras aumentan los beneficios de las sociedades privadas que venden más de 100 mil millones de dólares por año en agua envasada de calidad cuestionable, una regulación libre y más eficiente de los sistemas municipales permitiría poner en ejecución una distribución de agua potable segura para toda la gente del mundo por una fracción pequeña del precio.
Actualización de Abid Aslam
Las historias del consumidor son un ingrediente importante en la dieta de los medios de comunicación. Este artículo alcanzó cobertura en numerosas radioemisoras públicas y apareció en sitios del cyber espacio. Quizás lo que atrapó las imaginaciones fue nuestra afinidad con el tema: aparentemente, el cuerpo humano y la superficie de nuestro planeta se componen sobre todo de agua y sin ella, falleceríamos.
En ningún caso, la mayoría de los enfoques privilegió como fuente el papel de los investigadores de Washington –la sede de los “think tank” medioambientales–, centrándose principalmente en los intereses del consumidor (precio, pruebas y consecuencias para la salud humana del agua envasada). Cuando decidí escribir sobre el tema quise emplazar al Instituto de Políticas Medioambientales (EPI, en inglés), que apenas encontró “bonito” lo que hice, aportando un mínimo de contexto y antecedentes. Sin embargo, gran parte de la atención del lector también se centró en los aspectos ambientales y reguladores.
La información adicional sobre esta cuestión se puede obtener del EPI, un anfitrión de los grupos ambientales y del consumidor, y de las agencias gubernamentales relevantes: para el agua corriente, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU; y para el agua en botella, la Administración Federal de Alimentos y Drogas (FDA, en inglés).
Merecen mucho más atención las diferentes maneras en que operan estos reguladores (en los hechos son reguladores, en general) y su estructura y financiamiento, al igual que el resultado de una protección desigual de los ciudadanos.
Numerosas otras cuestiones tocadas en el artículo merecen un examen adicional. ¿Habría disposición a mejorar y reciclar las preocupaciones de la investigación concerniente a los recursos que se consumen para librarse de las botellas de agua vacías? Si los sistemas públicos de agua pueden entregar un producto más fiable a más personas a un costo más bajo, ¿cuándo el informe de EPI dirá, entonces, cuáles son los obstáculos a la inversión requerida en EEUU y en los países pobres? y ¿cómo los ciudadanos de aquí y allá superarían esos obstáculos?
A algunos lectores o a ciertos guardianes de contenido de los medios de comunicación, cualquiera de estas preguntas pueden parecerles esotéricas. Entonces, de nuevo, todos bebemos la pócima
http://www.voltairenet.org/article145041.html

Nota: ver otros proyectos censurados en http://www.voltairenet.org/article143605.html

OTRA PERSPECTIVA

Una interesante reflexión sobre el debate del agua embotellada
Este artículo de Kris De Decker en Low-tech Magazine titulado Why bottled water is good for the environment rompe una lanza en favor del consumo de agua embotellada en ciertas circunstancias y teniendo en cuenta algunas de las alternativas. Parte de la premisa de que se considera un consejo habitual y razonable utilizar alternativas al agua en botellas de plástico. Pero De Decker cree que el asunto se ha ido un poco de las manos cuando se estigmatiza a quienes beben en botellas de plástico (hay quien los llama «los nuevos fumadores») y se trata al fenómeno en sí como una plaga a erradicar.
El artículo acepta que en los países desarrollados el agua del grifo es de buena calidad y por tanto una mejor alternativa. Sin embargo, beber agua embotellada sería mejor que beber otros líquidos, por ejemplo, café, refrescos o cerveza, desde un punto de vista más amplio. De Decker razona que un litro de agua mineral embotellada requiere únicamente un litro de agua en su producción (otras fuentes dicen que en realidad se necesitan unos 5 litros), mientras que son necesarios 35 litros de agua para producir un litro de té, 75 para la cerveza, 120 para el vino o 140 para el café. Incluso un litro de zumo o leche requiere hasta 200 litros de agua para su producción en todo el proceso.
Todas esas otras bebidas alternativas también van embotelladas y también han de ser transportadas, produciendo un consumo similar de energía y de productos de deshecho, aparte del requerido para la propia producción de la bebida en sí.
Una frase podría resumir su idea: cambiarse de beber cualquier otra bebida a beber agua es mucho más ecológico que cambiarse de beber agua embotellada a agua del grifo. En cualquier caso, el debate sin duda continuará por mucho tiempo, así como el consumo de millones y millones de botellas de plástico cada día, pero no está mal revisar su planteamiento.
Esto no es un llamamiento a que todo el mundo empiece a beber agua embotellada en vez de agua del grifo. Es mejor beber agua del grifo. Pero la gente que prefiera el agua embotellada no debería ser tratada como parias, porque en cierto modo están eligiendo una opción que es más ecológica que la de otras personas que consumen otro tipo de bebidas.
Bonus: Curiosamente hoy también apareció en The Guardian el artículo How the myth of food miles hurts the planet (Cómo el mito de la comida de países lejanos daña el planeta) que viene a ser una historia paralela con la comida importada de lugares remotos, supuestamente «menos verde» por el gasto de energía en su transporte. Al parecer, según han analizado en el Reino Unido, algunos de esos alimentos, aun transportados miles de kilómetros, son «más verdes» que los producidos localmente. (Me pareció simpático el nombre con el que se autodenomina la gente que sólo consume «comida local»: locávoros.)
http://eco.microsiervos.com/concienciacion/agua-embotellada.html

OTRO ARTÍCULO

Autor Mark Sommer*. Con una inextinguible sed de nuevos manantiales, los gigantes de la industria multinacional de los alimentos y las bebidas están drenando rápidamente las reservas públicas de agua potable a lo largo y ancho del mundo para convertirlas en líquido embotellado. Al tiempo que hacen propaganda de su producto anunciándolo como la alternativa saludable para las bebidas azucaradas, compañías transnacionales como Perrier/Nestlé (con 30 por ciento del mercado), Danone (15 por ciento), Pepsi y Coca Cola han creado una industria global de 35 mil millones de dólares, que se prevé crecerá 30 por ciento al año durante un futuro indefinido.

La cuestión, dicen los críticos, es que los gigantes industriales se están inundando en ganancias a expensas del público y colocan al elixir de la vida fuera del alcance de todos menos de los pudientes. Tan cara se ha vuelto el agua embotellada que actualmente supera en precios al petróleo en una relación de tres a uno: en Estados Unidos el agua se cotiza en cerca de cuatro dólares el galón, mientras que el galón de gasolina cuesta 1,50 dólares, el agua filtrada 0,18 dólares y el agua corriente tres centésimas partes de un centavo de dólar.

Con estos precios, el agua embotellada cuesta 13 mil 200 veces más que el agua corriente, lo que constituye un margen de ganancias sin precedentes en la historia.

Las compañías sólo necesitan comprar o alquilar la tierra en la cual está situada la fuente y pagar un derecho nominal para obtener un acceso ilimitado a las existencias públicas subterráneas de agua dulce. En la zona rural de Wisconsin, Estados Unidos, el gobierno estatal le dio a Perrier una licencia para un bombeo ilimitado de más de 500 galones por minuto durante las 24 horas del día, a cambio de un pago redondo de 100 dólares.

Atraído por la promesa de creación de puestos de trabajo, el estado de Wisconsin también ofreció a Perrier 10 millones de dólares de incentivos y 12 años de exención del pago de impuestos escolares. Lo que permite a las compañías obtener términos tan favorables a expensas de los bienes públicos, aparte de la influencia que compran sus bien dotados bolsillos, son las leyes sobre las aguas subterráneas, que datan de épocas en las que el recurso era abundante, la población escasa y la demanda de riego limitada.

Planta depuradora de agua para embotellar: Texas y otros cinco estados estadounidenses todavía aplican una "norma de captura" que data de la época de la llamada conquista del oeste y permite a cualquier terrateniente bombear agua hacia su propiedad, aunque ello signifique dejar a sus vecinos sin suministros de agua, sin por ello incurrir en responsabilidad legal alguna. Los críticos de la industria citan una doctrina diferente y más antigua que asigna a los gobiernos el deber de asegurar el acceso universal a los componentes esenciales de la vida, incluyendo el aire y el agua.

La industria del agua embotellada no está confinada en las ricas naciones occidentales. Desde Ghana a India, Coca Cola y otras empresas transnacionales están encontrando fuerte resistencia de parte de los residentes locales, quienes denuncian que sus pozos se están secando, los cultivos están muriendo y la salud de las personas está decayendo por falta de agua dado que aquellas compañías están agotando sus fuentes ancestrales. Por otro lado, pese a su alto precio y a su reputación de pureza, el agua embotellada no se ajusta generalmente a las rigurosas exigencias de las normas municipales. En un estudio para el que se tomaron miles de muestras de agua embotellada estadounidense, el Natural Resources Defense Council, organización de defensa de los recursos naturales, halló que "un cuarto de las aguas embotelladas es simplemente agua corriente embotellada, algunas de ellas filtradas y otras no".

Asimismo, el etiquetado y la publicidad son a menudos engañosos, ya que hacen suponer que el agua embotellada proviene de fuentes prístinas, cuando en realidad no es así. Por ejemplo, una marca de "agua de manantial" cuya etiqueta muestra un paisaje con un lago y montañas, en realidad viene de un pozo ubicado en un terreno para estacionamiento de vehículos cerca de un peligroso basurero. Pero suscitar dudas sobre el costo y la calidad de algunas aguas
embotelladas, así como de su impacto en los suministros públicos, no es condenar a toda la industria. Así como con otras industrias, están quienes se ajustan a las reglas y quienes no.
El agua fresca pura se está volviendo cada vez más escasa a medida que la población y la contaminación aumentan. Pero la respuesta más eficaz es modernizar los sistemas públicos en todo el mundo para producir agua de tal nivel de pureza que haga que nadie necesite recurrir a agua "privada". Entonces, la única botella que usted siempre necesitará es aquella que pueda llenar en los manantiales de su comunidad.
* El autor es columnista y director del Mainstream Media Project, con sede en Estados Unidos. Publicado por Miguel Angel. http://ecomancha.blogspot.com/2007_11_01_archive.html


ANEXO (OTRO ARTÍCULO SOBRE EL MISMO TEMA)


El agua embotellada nos la presentan como un producto que nos asegura nuestra salud y se nos hace ver que es señal de calidad de vida, de un cierto nivel de vida y respetuosa con el medio ambiente.
El sector del agua embotellada está creciendo muy rápidamente en todo el mundo, siendo el negocio más boyante actualmente, pero también uno de los menos regulados, lo que da lugar a situaciones auténticamente escandalosas.
Las cifras del negocio del agua hablan por si solas. En la década de 1970, el volumen anual de agua embotellada que se comercializa en todo el mundo ronda los 1.000 millones de litros. En la siguiente década se dobla el consumo, sin embargo es a partir de la década de 1990 cuando el crecimiento ya es exponencial. En sólo Norteamérica se gastaron 6.880 millones de dólares en el 2001, pero en 2006 eran unos 10.980 millones de dólares, con un consumo de 25.800 millones de litros de agua embotellada. Esto supone un crecimiento superior anual al 9%, según los datos aportados por Beverage Marketing Corporation y la Internacional Bottled Water Association.

El consumo medio anual de agua embotellada de un norteamericano está en torno a los 91 litros por persona/año, en Alemania consume 10.300 millones de litros, Francia 8.500 millones de litros y España 5.500 millones de litros. Los italianos tienen una media de consumo, de 183,6 litros por persona/ año y los españoles de 136,7 litros anuales en 2006. El consumo global de agua embotellada alcanza los 154.000 millones de litros y supone un aumento del consumo del 57 % respecto al del año 2001. Esto representa un gasto de unos 100.000 millones de dólares. El precio medio de un litro de agua embotellada está en los 0,65 dólares .
¿Sabe cuanto paga usted por cada mil litros de agua de grifo en una ciudad? En España el litro de agua del grifo costaba, en el año 2004, 0,00096 euros. Como se puede comprobar el negocio es redondo.
Las fábricas embotelladoras frecuentemente cogen el agua, que embotellan, de la misma red de agua que llega al público. En muchos casos, como Coca Cola, lo que hacen es agregarle un paquete de minerales, así la denominan “agua mineral”, consiguiendo aumentar de esta forma su precio, convirtiéndose en uno de los mayores negocios del mundo.
El periódico británico The Guardian, resume como es el proceso que se siguen en muchos casos con el agua embotellada: “Tome agua del grifo de Londres, sométala a un proceso de depuración, denominándola “agua pura” agregue un poco de cloruro de calcio que contenga bromuro, lo cual no es un problema, convirtiéndose en bromato que sí lo es. Envíe estas botellas de agua al comercio, conteniendo el doble del límite legal de bromato y el negocio es redondo”.
Sirva como ejemplo, que en marzo de 2004, Coca Cola reconoció en Reino Unido que el agua de su marca Dassain era agua común y corriente del grifo, que era vendida en botellas de medio litro. Se retiraron más de medio millón de botellas del mercado argumentando que habían detectado niveles de bromato que excedían las normas legales británicas.
Se está pagando en muchos casos hasta 10.000 veces más por cada litro de agua embotellada que la que se paga por el agua de grifo. Por el mismo precio de una botella de agua embotellada se podría abastecer con 3.000 litros de agua de grifo.
Estas industrias están contribuyendo a la destrucción de las fuentes de agua públicas con el objetivo de abastecer de “agua pura” a la elite mundial.
Estas empresas son depredadoras del agua, buscando continuamente nuevas fuentes hídricas para cubrir sus insaciables necesidades de negocio, comprando continuamente derechos de agua a los agricultores, una vez que los agotan los abandonan creando numerosos problemas ecológicos.
En América del Sur, las multinacionales norteamericanas y europeas están comprando grandes zonas de naturaleza salvaje en la que se incluyen sistemas hidrográficos integrales. Estas empresas agotan no sólo los sistemas de su propio terreno sino las zonas circundantes. Esto es lo que sucedió en Tillicum Valley en la Columbia Británica, donde la empresa Canadian Beverage Corp ha estado explotando el agua subterránea de la región de forma tan intensa que los habitantes y agricultores de la zona se quedaron sin ella.
Esta industria embotelladora de agua dice que es respetuosa con el medio ambiente pero esto no es así, pues como vemos usa el agua de una forma poco respetuosa y además el 90 % de los envases que utiliza son de plástico. Todos los que vamos por el campo vemos en él infinidad de estos envases que son fuertemente contaminantes del medio ambiente. Estas empresas nos dirán que cumplen la ley escrupulosamente en este tema, pero aún siendo así, los envases de plástico deben desaparecer con carácter urgente.
El derroche energético también es importante, sirva como ejemplo que para producir el agua embotellada que se consume en Estados Unidos se necesitan quemar 1,5 millones de barriles de petróleo, cantidad suficiente para alimentar los motores de 100.000 coches durante un año. En España significan unos 330.000 barriles de petróleo que supone el gasto de unos 22.000 coches.
Actualmente este fabuloso negocio empieza a ser cuestionado. La ciudad de Nueva York ha lanzado una campaña publicitaria animando a sus ciudadanos al consumo del agua de grifo, en medio de la protesta de las multinacionales del agua.
Emily Lloyd, responsable del Departamento de Protección Ambiental de Nueva York dice: “El agua embotellada utiliza mucha más energía que la del grifo tanto en la producción como en el transporte y el agua del grifo sirve para algo más que para ducharse o lavar los platos”.
La ciudad de San Francisco ha prohibido la compra de agua embotellada por parte de las instituciones públicas y muchos restaurantes del Estado de California ya han dejado de servir agua mineral. Sería bueno que cundiera el ejemplo entre los españoles.
Es hora que se acabe este escandaloso negocio y que tenga una regulación mucho más exigente que la actual en el apartado económico, sanitario y medio ambiental. Puedo entender que el negocio privado genere beneficio, pero que éste no alcance el nivel de escándalo actual
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=54462

La verdad sobre el agua embotellada

Muchos de nosotros gastamos grandes cantidades de dinero en agua embotellada, pensando que tiene mas calidad o beneficios adicionales al agua filtrada de la cual podemos disponer en nuestras casas.
Lamentablemente dólar promedio que pagamos por litro es en su mayoría un pago por la botella, la etiqueta, la mercadotecnia y los gastos de distribución.
El agua embotellada no es más que agua regular (H2O) que ha sido filtrada por aparatos que están disponibles en versiones para el hogar y puedes adquirirse a costos accesibles (alrededor de 250 usd Acuamex).
El costo promedio del agua embotellada es similar al costo promedio de la gasolina, por lo cual es evidente que es un gasto muy elevado para un bien al que todos debemos tener acceso prácticamente gratis.
Aunado a los costos hay que considerar el impacto ambiental de agua embotellada: maquinaria, transporte, plástico, papel, combustible, etc. Todos estos costos innecesarios si tomamos conciencia y empezamos a filtrar nuestra agua en casa.
http://www.dforceblog.com/2008/06/16/la-verdad-sobre-el-agua-embotellada/
http://www.dforceblog.com/category/impacto-ambiental/

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