sábado, 2 de abril de 2011

EXPLICACIONES SOBRE DEMONIOS Y OTROS SERES DEL MÁS ALLÁ O DEL MÁS ACÁ (anexo: infierno: mitología y demonio creador)

CC

MITOLOGIA GRIEGA EN http://www.guiascostarica.com/mitos/grecia.htm

De los demonios
"¿Que demonio irrumpiendo violento, te inspira el canto dolorido de tu muerte cercana?" Esquilo, Agamenon, 1174.
En Grecia nunca fue una creencia popular la invencion filosofica, especialmente platonica, de una categoria de demonios como una jerarquia especial junto a los dioses y a los heroes. El uso idiomatico poseia, por su parte, dos viejos precedentes del tiempo de Homero y Hesiodo: demonio significaba dios, en general, pero tambien se referia a todo aquel cumulo de fuerzas espirituales que vigilan la vida humana. (1)
La interpretacion del demonio como dios tomo un aspecto especial: cuando se queria mentar no a un dios determinado, sino a todas las potencias superiores, sin distincion alguna, se decia: "los dioses", o "la divinidad", pero de preferencia "el demonio". Ocurria mas facilmente en aquellos casos en que se creia poder atribuir a la divinidad algo desfavorable, un enloquecimiento criminal del hombre, una influencia satanica; acaso fuera menos intimidante esta manera, que llamar a un determinado dios por su nombre.
En las sobrias explicaciones de Teognis de Megara, el "demonio", que lleva a los pechos generosos al error y al crimen, no es otro que la propia divinidad. Pero tambien tenemos que en las conversaciones corrientes el demonio se rebaja a una mera designacion del destino, de la fatalidad, en sentido peyorativo ante todo, y hasta del simple azar.

La palabra "demonio" recibe otras significaciones muy especiales: de todo el hacer de un hombre, o del de toda su casa, puede surgir un ser que cobra personalidad y poder objetivos, y de este tipo es el demonio Alastor. Clitemnestra habla claramente en el Agamenon de Esquilo de esa maldicion hereditaria, que va prosperando dentro de una familia, que fuerza a los hombres, y de las calamidades que acarrea. En el fondo, pertenecen a este grupo las Erinias. (2) A veces, el destino fatal de un hombre, su irremisible ocaso, puede espesarse y cuajar en fantasma.
Tambien una enfermedad puede llevar el nombre de demonio, pero sobre todo la perturbacion del espiritu. El Ayax de Sofocles habla de su locura como si se tratara de su demonio y cree que es ese demonio el que le inspira sus desaliñados discursos. El hombre de opinion corriente se explica un vaticinio espantoso por la intervencion repentina de un demonio.
Una concepcion posterior, probablemente venida de Oriente, es la del poseso por un demonio venido de fuera, que puede ser expulsado. En el caso tan famoso del demonio de Socrates, podria ser solo una voz premonitoria que no pasaba de ser un presentimiento individual de la ventaja o riesgos de ciertas acciones.
Claramente fuera del ambito de los hombres, estan los demonios a quienes incumbe la mediacion entre hombres y dioses, y aportan a los primeros las instrucciones de los segundos, que no pueden ser sino buenos y morales. Pero son ejemplos unicos pertenecientes al circulo de un filosofo peculiar, Hesiodo. En su obra Los trabajos y los dias, Hesiodo interpreta la doctrina de los aldeanos beocios, que no tenia porque ser la creencia general griega en ese momento. (3) Señala un polidemonismo especial, una creencia en la omnipresencia de innumerables seres sobrehumanos. Asi, entre otros, los treinta mil guardianes de los mortales, con los que quiere atemorizar Hesiodo a los jueces injustos.
Esos guardianes circulan por el pais envueltos en vapores, y observan lo justo y lo injusto, demonios sagrados que andan por la tierra, guardianes nobles, que precaven del mal a los mortales. Tambien se les dice dispensadores de riqueza, una pregorrativa real de que gozaron ya en vida. Por lo demas, el poeta nos revela constantemente el temor ante potencias invisibles: en los caminos y escarpada, en los rios y fuentes, en cualquier faena tiene el pensamiento de su presencia.
Plutarco (De defectu oraculo, 13) nos habla todavia de demonios que circulan en gran numero de un lado para otro como sancionadores de fechorias y especialmente de la arrogancia. Nos cuenta tambien otra creencia: los demonios malevolos y envidiosos perturban y corrompen a hombres excelentes, con el proposito de impedir que esas personas excelentes reciban, luego de su muerte, en gracia a su limpia conducta, una suerte mejor que la suya de demonios.
Hay tambien demonios invisibles que acompañan al peregrino por la calle y lo guian. Entre los griegos existia una extendida creencia sobre el demonio personal del individuo. Segun ella, el hombre estaria acompañado, a lo largo de su vida, por un demonio invisible para el, pero que puede hacerse visible a los demas. (4) Cuando se dice que el hombre se halla acompañado de un buen demonio y de un demonio malo, es que se ha mezclado una opinion etico-filosofica; la creencia autentica no conoce sino una sola clase de demonios. Una bella variante de origen filosofico, y seguramente pitagorico, es aquella segun la cual dos hombres nobles, maestro y discipulo, poseen el mismo demonio. (5)
En la epoca romana ya avanzada, la veneracion de Marco Aurelio por su demonio nos ofrece las noticias mas detalladas. Aqui el demonio no es sino lo interior de cada uno, pero que ha sido otorgado por Zeus como particula suya para que sirva de guia a los hombres. Una imagen divina siempre presente, que hay que mantener propicia, a la que el hombre servira en paz y concierto, pura y sin ofensa, sin otras imagenes que la enturbien. Toda la voluntad, toda la pasion del hombre tiene que someterse a ese demonio, y toda nuestra suerte aceptada como de su misma procedencia, y el sera quien sobreviva despues de la muerte.
Su contemporaneo neoplatonico, Apuleyo, distingue en su escrito De deo Socratis, dos sentidos en este ser: demonio se llama al animus del individuo; pero tambien existe otra especie muy superior, que jamas se somete a los limites de una personalidad terrena; son testigos de por vida y protectores invisibles de todo hombre adornado de las mas brillantes cualidades. Un ser de estos fue el demonio de Socrates, del que se nos habla circunstancialmente.
Ademas, Apuleyo reconoce la existencia de otros demonios o la creencia en ellos: este nombre llevan los fallecidos, y los que fueron buenos en vida seran genios protectores de la casa. Los malos, fantasmas. Tambien nos cuenta de aquellas potencias mediadoras, conocidas con el nombre de demonios, que actuan como tales entre los dioses y los hombres, no inmortales como aquellos, apasionados como estos, semicorporeos, semipesados, que moran y se mueven por los aires, y de los que los poetas habian creado dioses conocidos.
Notas
(1) Pudo ser que este polidemonismo adquiriera en su proceso de fragmentacion y disolucion las formas mas diferentes, hasta llegar al culto de un solo ser objetivamente designado.
(2) Personificaciones femeninas de la venganza, que perseguian a los culpables de ciertos crimenes, hostigandole hasta hacerle enloquecer. Si el criminal moria sin venganza, lo perseguian hasta el inframundo.
(3) Hesiodo era de origen beocio. Nacio en Ascra, una pequeña y pobre aldea beocia pero cerca de un centro cultural importante, Tespias, y situada al pie del monte Helicon. Su primera obra fue la Teogonia, la primera exposicion sistematica de los mitos divinos, donde narra la creacion y organizacion del mundo, partiendo del Caos para terminar en la instauracion del orden a cargo de Zeus, el Padre de dioses y hombres; ademas muestra un catalogo de los heroes hijos de diosas.
(4) En 'Cesar' de Plutarco, el demonio poderoso que acompaña a Julio Cesar durante su vida se les aparece como vengador a todos los asesinos.
(5) Ademas, segun la doctrina pitagorica, el alma recibe en cada renacimiento un nuevo demonio.
http://blugosi.freeprohost.com/demonios-masalla.htm

La gente suele creer que las palabras diablo y demonio son sinónimos, y como tales los usa. Pero la Sagrada Escritura no usa la palabra estas dos palabras como sinónimos. Por lo que dice la Biblia del Diablo, éste es un espíritu muy superior al resto de jerarquías demoníacas. La palabra Diablo o Satán o Beelzebub siempre son usadas en singular, así como sus otras denominaciones equivalentes (la Serpiente, el Dragón, etc). Mientras que la palabra demonio aparece unas veces en singular y otras en plural.
La palabra hebrea Satán significa adversario, su traducción al griego es la palabra Diabolos, de la raíz dia-ballo, dividir, el significado de Diablo sería quien pone división, y su sentido derivado sería calumniador. En arabe la palabra Satán significa macho cabrio.
Belial o Beliar, de la raíz Baal que significa el señor, es otra forma de nombrar a Satanás en el Nuevo Testamento. El símbolo de Baal es el toro, frente a la ferocidad del toro, o de la cabra, se contrapone la mansedumbre del cordero, símbolo de Jesucristo
Beelzebul (o Beelzebub) significaría príncipe del estiércol, o príncipe de las moscas. Si mezclamos la palabra aramea be´el (que significa señor) con la palabra hebrea zebul (que significa casa) sería entonces señor de la casa.
El Diablo aparece en la Sagrada Escritura con las siguientes denominaciones además de las ya dichas antes:
el Acusador ,
el Enemigo,
el Tentador,
el Maligno,
el Asesino desde el principio,
el Padre de las mentiras,
el Príncipe de este mundo,
la Serpiente,
Lucifer es una denominación que no se haya en la Biblia, y significa estrella de la mañana. La simbología sería que las estrellas representan a las naturalezas angélicas, la luna a la Virgen María, y el sol -el astro rey- representaría a Dios. El día primero de la creación, en que se separa la luz de las tinieblas, la luz representaría la creación de los ángeles bienaventurados, mientras que la noche la defección de los ángeles rebeldes, Satanás sería el lucifer, es decir la estrella primera que anuncia la noche, la primera defección que apareció en el cielo crepuscular. De ahí que el nombre de Lucifer le conviene por la belleza de la estrella que corresponde a su naturaleza angélica superior a las otras, y por ser la primera estrella del crepúsculo. Algunos traducen erróneamente la palabra latina lucifer como el que lleva la luz, pero eso es un error ya que ese significado corresponde a la palabra luciferarius.
Este nombre de Lucifer se le aplicó a Satanás cuando algunos Santos Padres se dieron cuenta de que las palabras del profeta Isaías sobre el gran príncipe babilónico convenían perfectamente al Diablo, la estrella de la mañana que cae desde los cielos por su orgullo.
¿Cómo has caído del cielo
astro rutilante,
hijo de la aurora,
has sido arrojado a tierra,
tú que vencías a las naciones?
tú dijiste en tu corazón: el cielo escalaré,
por encima de las estrellas de Dios elevaré mi trono. (...)
Por el contrario , al seol has sido precipitado.
Is 14, 12-15
Aquí, en esta obra, hago uso de la palabra Lucifer como sinónimo del Diablo. Sin embargo algunos, entre ellos Don Gabriele Amorth, consideran que Lucifer es un demonio distinto de Satanás, Lucifer sería el segundo en dignidad dentro de los ángeles caídos. No obstante, la tradición no ha distinguido entre estos dos términos. Ya Orígenes en el siglo III los usa como sinónimos y, francamente, yo pienso que no hay sólidas razones para considerar que son dos espíritus y no uno.
En el libro de Tobías aparece el nombre de un demonio: Asmodeo (del persa Aaesma daeva) que significaría "espíritu de cólera".
El nombre de Lilith (Is 34,14) es un hapax (* ) que siempre ha sido considerado como una figura demoníaca. En la mitología mesopotámica ese nombre corresponde a un genio con cabeza y cuerpo de mujer, pero con alas y extremidades inferiores de pájaro. Su nombre es muy probable que esté relacionado con "lylh" que significa "noche".
En Is 13, 21 y Bar 4, 35 aparecen los "seirim" que se podría traducir como los "peludos", deriva del hebreo "sa´ir" "peludo" o "macho cabrio"), San Jerónimo optó por traducir esa palabra como "sátiros", traducción sumamente acertada pues esa palabra hebrea se consideraba que designaba a algo así como demonios en forma de machos cabríos. Esta palabra designaría antiguas entidades demoníacas a las que se tributaría culto, "no sacrificarán más sus sacrificios a los sátiros, tras los cuales se prostituían" (Lev 17,7).
En Ap 9,11 se nos dice Ael ángel de abismo, cuyo nombre es en hebreo Abaddón y en griego tiene por nombre Apolyon.. El nombre de Abaddón significa "perdición, destrucción". Apollyón significa "destructor".
La palabra griega daimon significa genio (bueno o malo), si bien en el Nuevo Testamento se utiliza sólo para designar espíritus malignos. Con la excepción de He 17, 18, en que tiene el significado genérico de "divinidades". En el ambiente pagano de la época clásica, los puntos de referencia al hablar del concepto demonio son muy diversos pues consideraban que existían fantasmas, eones, espíritus de la naturaleza, mediadores, almas de ciertos difuntos, genios buenos y genios malos, etc.
La palabra espíritu inmundo y demonio se usan indistintamente, así la mujer sirofenicia dice que su hija está poseída del demonio en Mateo, y en Marcos dice que tenía un espíritu inmundo
Los distintos nombres con que se designa a los demonios son:
-espíritu sordo; Mc 9,25
-espíritu mudo; Mc 9,17
-espíritu impuro; Mc 1,23
-espíritu maligno; Lc 7,21
-demonio impuro; Lc 4,33
En el Evangélio aparece una vez la palabra lunático (Mt 17,14). Esta palabra en la antiguedad podía referirse tanto a la epilepsia como a la posesión, y deriva de la creencia de la influencia de la luna sobre los estados de crisis de estas personas.
Energúmeno es otra forma de designar a los poseídos, viene de la palabra energía, por la fuerza que desplegaban en los estados de crisis.
Luzbel es otra forma extrabíblica de denominar al Diablo.
Mefistófeles es el nombre del demonio que aparece en la obra Fausto de Goethe. En las antiguas leyendas germanas aparece este personaje infernal como compañero del doctor Fausto y con el nombre Mefostofies, cuya antiguedad data del año 1587. La forma actual y corriente de este nombre se ha generalizado por la influencia de Goethe. Su etimología más probable es la que se origina de Megistophiel, Ophiel (del griego Aophis@, serpiente) era un sobrenombre de Hermes Trismegisto que en la antiguedad era el patrono de los hechiceros, resucitado en la literatura del s. XVI y clasificado por ésta entre los siete grandes príncipes infernales
http://www.fortea.us/Spanish/teologicos/nombres.htm

OTRO ARTÍCULO SOBRE MITOLOGÍA (anexo)

MITOLOGÍA

Los pueblos caldeo y persa tenían la firme creencia en la ley de los renacimientos, en la que sostenían que el alma era un ser espiritual bastante complejo y que pasaba por toda una serie de experiencias terrestres así como en otros mundos, hasta alcanzar tal grado de pureza que quedaba relegada la necesidad de nuevas encarnaciones.
Los egipcios ya creían en la reencarnación tres mil años antes de Cristo, según el historiador griego Herodoto (siglo V a.C.). Estos narran como Osiris, el dios que personificaba el mundo del conocimiento esotérico, lo llevó desde Egipto hasta la India, bajo la forma de un toro moteado (nexos entre religiones asiáticas e indoeuropeas)
La teoría egipcia sobre la Reencarnación traspasó sus fronteras hasta Grecia hacia el siglo XV antes de Cristo. Antes de que los propios griegos se asentaran definitivamente en la que sería su tierra nativa existían los llamados Misterios Eleusianos, llamados así por su procedencia de Eleusis, (recordar culto de Deméter) situada a veintidós kilómetros de Atenas, y cuyo tema central era la Reencarnación.
El gran iniciado Hermes Trismegisto (2.670 a.C.) en su colección de diálogos agrupados con el nombre de Corpus Hermeticun, el Discurso perfecto, conservado en traducción latina con el nombre de Asclepios, decía que las almas bajas y malas permanecen encadenadas a la Tierra por múltiples renacimientos; pero las almas virtuosas suben volando hacia las esferas superiores.
Así se expresa en el diálogo mantenido con Asclepios, referente a las recompensas y castigos que recibirán los hombres según su actuación: "Tal es, en efecto, la recompensa que aguarda a los que llevan una vida de piedad para con Dios y de atento cuidado del mundo. En cambio los que hayan vivido en el mal y la impiedad, aparte de ver que se les niega el retorno al cielo, son condenados a pasar a cuerpos de otra especie en virtud de una migración vergonzosa, indigna de la santidad del espíritu. "
También hay una entre las muchas leyendas en la que la diosa Perséfone tejía nuevos cuerpos para viejas almas, y bajo esta creencia, algunas almas pedían el agua del recuerdo que fluía de una fuente en Hades, y en su próxima encarnación ésta podía recordarles detalles de su anterior vida
ÉREBO. EL REINO DE HADES
Para los griegos, el Infierno era la morada de todos los muertos, no solo un lugar de castigo para las almas de los condenados, como en el Infierno de los cristianos, sino el lugar donde van a parar todas las almas y donde se decide su destino.
Era denominado con el nombre de El Hades, reino de Hades, El invisible, o con el nombre de El Érebo, las tinieblas.
En él reina el temido Hades con su esposa Perséfone, hija de sus hermanos Zeus y Deméter. Hijo de Crono y Rea, le correspondió el mundo de las tinieblas en el reparto establecido por su hermano Zeus después del derrocamiento de su padre y el posterior triunfo sobre los Titanes....... En el mito de Adonis, el cristianismo ya ve una prefiguración de la imagen de la resurrección de Cristo. El viaje de Orfeo a los infiernos y su consiguiente "vuelta" produjo una corriente de pensamiento alrededor de su figura como profeta de la Salvación; el "Orfismo" defiende que el mundo surgió de un huevo primordial, del que surgió la primera forma de vida, macho y hembra a la vez, que engendró todo, éste era Fanes "el brillante", o Eros. En esta concepción se encuadra el mito de Zeus y Zagreo, devorado siendo niño por los Titanes, por orden de la implacable Hera, y resucitado por Zeus, posteriormente Zagreo, ya denominado Yaco, preside el cortejo de los iniciados (o con Hermes Psychopompe) en el Hades. También Platón inspiró de alguna manera la religión monoteísta y el concepto de purificación de las almas
Son varios los héroes que, por distintos motivos, bajan a los Infiernos para posteriormente regresar al mundo de los vivos: Heracles baja a por Cerbero cumpliendo uno de los doce trabajos encargados por Euristeo. Orfeo acude a Hades para que le devuelva a su amada Eurídice. Teseo junto con Piritoo intentó raptar a Perséfone, siendo ambos retenidos en las sillas del olvido y siendo rescatado por Heracles cuando capturó a Cerbero. Odiseo, como ya hemos comentado, acude a Tiresias para saber su futuro. Eneas también lo visita en su largo periplo. Ver en http://www.kelpienet.net/rea/tmhades.php
Nota: hay que mencionar en eel viaje a los infiernos al antecesor a “Los protocolos de los sabios de Sion”, Nos referimos a Diálogo en los infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu, publicado en Bruselas en 1864 por Maurice Joly y que fue malinterpretado a favor de sus torvos intereses por Golovinski

DEMONIO CREADOR

El Demonio Creador: Soñé que el Demonio había creado el mundo, por puro y arrogante regocijo, para mayor gloria de Su Nombre. Había creado los cielos y la tierra, el mar y las estrellas, los tilos y los tigres; hasta había creado a los desventurados dinosaurios. Y creó al hombre y a la mujer, macho y hembra los creó, y les dio por residencia el Jardín de las Delicias, y esto fue así para mayor gloria de Su Nombre. Y para mayor gloria de Su Nombre fue que los condenó a perderse y a añorar para siempre ese Paraíso, que les había sido concedido sólo para que padecieran la conciencia de su pérdida.
Pero uno de los ministros del Demonio, el Príncipe de Sus Ángeles, se rebeló ante Él y Su Siniestra Obra, hija de la vanidad más implacable. Ese Ángel se llamaba Emanuel, que significa Dios con nosotros. Hubo una batalla en los Cielos, y Emanuel y sus partidarios, los Hijos de la Luz (que eran miríadas) fueron derrotados y confinados a los arrabales de la Creación. La desesperanza fue amiga suya por largos eones; pero Emanuel es tenaz, y prometió a los Hijos de Mujer que les enviaría un Salvador que los guiaría en la victoria contra los Hijos de las Sombras.
A su vez, el Demonio Creador sabe que la humanidad se ve atrapada por la desesperación cuando ésta es incompleta, cuando aún conserva una mínima ilusión de esperanza. Entonces el Demonio Creador atrapa esa desesperación supérstite, organizándola en grandes redes conceptuales a las que los humanos llaman religiones.
Hay quienes dicen que la Caída de Emanuel es, tal vez, la más brillante y cruel jugada del Demonio Creador.
(Fragmentos de un Evangelio Gnóstico Desconocido, a veces llamado El Evangelio Apócrifo de la Creación)
Turismo aventura. Dante es tal vez el más célebre de los viajeros literarios o mitológicos que descendieron a los Infiernos, pero no el único (Teseo y Pirítoo, Heracles, Orfeo, Sócrates, Ulises, Eneas, Pantagruel, Fausto, Scrooge, Adán Buenosayres, etc.). Jorge Luis Borges destaca, en Otras Inquisiciones, a Vathek, el protagonista de la novela homónima de William Beckford (1782)
Vathek (Harún Benalmotásim Vatiq Bilá, noveno califa basida) erige una torre para descifrar los planetas. Éstos le auguran una sucesión de prodigios, cuyo instrumento será un viajero fuera de lo común. Un día, un mercader llega a la capital imperial: su rostro es tan atroz que los guardias que lo conducen ante el soberano lo hacen con los ojos cerrados. Antes de desaparecer, el mercader le vende al califa una cimitarra en la que hay grabados unos caracteres misteriosos y cambiantes. Otro viajero misterioso los descifra: un día significan soy la menor maravilla de una región donde todo es maravilloso y digno del mayor príncipe de la tierra, otro, ay de quien temerariamente aspira a saber lo que debería ignorar. El califa se entrega a la magia; la voz del mercader, salida de la nada, le propone abjurar del Islam y adorar a las tinieblas, a cambio de que le sea franqueado el Alcázar del Fuego Subterráneo, donde se atesoran los talismanes que sojuzgan al mundo y las diademas de los sultanes anteriores a Adán y de Suleimán Bendaúd (Salomón hijo de David). Vathek se rinde; el mercader le exige cuarenta sacrificios humanos. Transcurren años sangrientos en los que el califa apenas deja atrocidad sin cometer; un día llega a una montaña desierta. La tierra se abre en su presencia, y Vathek desciende, con una mezcla de terror y de esperanza. Una muchedumbre pálida y silenciosa vaga sin mirarse por las galerías de un palacio infinito; perdido en sus laberintos, el califa comprende que el Alcázar del Fuego Subterráneo abunda en esplendores, pero es también el Infierno
Autor Pablo Martín Cerone
Nota: sobre el tema del diablo y los infiernos trtados en este blog puede verse en su forma original en el post de P M Cerone http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=228

ANEXO


En la mitología griega Hades (el que no ve) alude tanto al antiguo inframundo griego como al dios de los muertos. Abreviatura para su morada y finalmente el nominativo llegó también a designar la morada de los muertos. Dis Pater y Orcus, en la mitología romana. El dios etrusco equivalente era Aita. «Hades» es a veces usado por los cristianos para referirse al lugar en el que residen las almas que han caído en desgracia.
Había varias secciones en el Hades, incluyendo los Campos Elíseos (en contraste con el Paraíso o Cielo cristiano) y el Tártaro (similar al Infierno cristiano). Los mitógrafos griegos no son totalmente consistentes sobre la geografía de la otra vida.
Un mito sobre la otra vida completamente opuesto se refiere al Jardín de las Hespérides, con frecuencia identificado con las Islas de la Bendición.
En la mitología romana, una entrada al Inframundo estaba localizada en el Averno, un cráter cercano a Cumas que fue la ruta usada por Eneas para descender a él. Por sinécdoque, «Averno» puede usarse como referencia a todo el inframundo. Los Inferi Dii eran los dioses romanos del inframundo.
Los fallecidos entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte, porteados por Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, pequeña moneda que ponían bajo la lengua del difunto sus piadosos familiares. Los indigentes y los que no tenían amigos ni familias se reunían para siempre en la orilla cercana. El otro lado del río era vigilado por Cerbero, el perro de tres cabezas derrotado por Heracles (Hércules para los romanos). Más allá de Cerbero, las sombras de los difuntos entraban en la tierra de los muertos para ser juzgadas
Según otras religiones: cielo e infierno (del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’). Es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. Es equivalente al Gehena judío (http://www.ive.org/mediooriente01.org/pag_res.asp?id=364) y al Tártaro griego.
En la teología católica, el infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. A veces no se lo considera un lugar sino un estado de sufrimiento.
En contraste con el infierno, otros lugares de existencia después de la muerte pueden ser neutrales (por ejemplo, el Sheol judío), o felices (por ejemplo, el Cielo cristiano)
http://www.centrojudio.org/preguntas2.html

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